Sincericidio diplomático: el canciller alemán desata una potencial crisis con Brasil

 19-11-2025
Judith Moreno
   
Portada | Internacional
Foto: Axel Olivares (Composición/NotiPress)

Foto: Axel Olivares (Composición/NotiPress)

Una frase del canciller alemán Friedrich Merz tras su participación en la COP30 despertó reacciones inmediatas en Brasil y marcó un episodio inesperado entre ambos países. Durante un evento empresarial en Berlín, el funcionario expresó que ningún miembro de su comitiva deseaba permanecer en la ciudad anfitriona de la cumbre climática.

Belém, sede del encuentro global sobre cambio climático, fue mencionada por Merz en los siguientes términos: "¿Quién quisiera quedarse allí? Nadie levantó la mano. Todos estaban contentos de haber vuelto a Alemania (...) especialmente de aquel lugar donde estábamos". La declaración generó una cadena de respuestas públicas en Alemania y alcanzaron el oido del presidente brasileño.

Desde Brasil, el mandatario Luiz Inácio Lula da Silva reaccionó con un mensaje que combinó defensa cultural con invitación indirecta al diálogo. "Berlín no le ofrece ni el 10% de la calidad que le ofrecen el estado de Pará y la ciudad de Belém", afirmó. También recomendó al canciller experimentar la gastronomía local y la vida cultural de la región amazónica.

Igor Normando, alcalde de la ciudad, calificó los comentarios como "arrogantes y prejuiciosos". Por su parte, Helder Barbalho, gobernador del estado de Pará, señaló: "Curioso ver quién ayudó a calentar el planeta, extrañar el calor de la Amazonía". Ambas reacciones se divulgaron en redes sociales y reforzaron el descontento institucional ante lo expresado en Berlín.

Carsten Schneider, ministro alemán de Medio Ambiente, buscó moderar el ambiente con un mensaje conciliador. Desde la ciudad amazónica, escribió: "Brasil es un país maravilloso, con un pueblo acogedor y buen anfitrión. Pena que no podré quedarme más tiempo después de la COP. Tendría algunas ideas, por ejemplo, pescar con mis amigos de la Amazonía".

Expertos citados por DW contextualizaron el hecho sin anticipar consecuencias estructurales. El profesor Sérgio Costa, del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Libre de Berlín, indicó que la repercusión fue desproporcionada y que las propuestas climáticas presentadas en la cumbre deberían ocupar el centro del debate.

Igualmente, el intercambio verbal ocurre en medio de una relación comercial relevante para ambos países. Alemania representa el tercer mayor proveedor de bienes para Brasil, con exportaciones superiores a los 13.000 millones de euros en 2023. Estas incluyen maquinaria, vehículos y productos químicos, según datos proporcionados por la consultora Carolina Saldanha-Ures.

Saldanha-Ures también destacó el valor estratégico de la relación económica. Señaló que Europa mantiene inversiones industriales en Brasil, mientras que otras economías priorizan materias primas. Desde su perspectiva, lo ocurrido podría servir para abrir discusiones sobre inversión en infraestructura y desarrollo en la región amazónica.

Finalmente, la elección de Belém como sede de la COP30 fue motivo de debate desde su anuncio, por tratarse de una ciudad con desafíos de infraestructura y alejamiento de centros urbanos. No obstante, la polémica reciente pone en primer plano el vínculo entre percepción cultural y cooperación internacional en el contexto de agendas ambientales compartidas.




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