Ashkan Forouzani vía Unsplash (foto sin cambios)
Según un informe publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer (ONU Mujeres), se registró un aumento en casos de violencia de género desde el comienzo del confinamiento por la pandemia por Covid-19. Incluso con la dificultad que implica recopilar información, debido a la estigmatización del tema, organizaciones de mujeres contabilizaron un mayor número de denuncias de este tipo, las cuales afectan a una de cada tres niñas y mujeres en el mundo.
Una encuesta realizada en 13 países distintos (Bangladesh, Tailandia, Kirguistán, Kenia, Camerún, Nigeria, Costa de Marfil, Marruecos, Jordania, Ucrania, Albania, Colombia y Paraguay) recalca la gravedad actual de la violencia de género. De acuerdo con el documento, dos de cada tres mujeres aseguran ser o conocer a alguien víctima de este tipo de agresiones. De ellas, aproximadamente una de cada dos mujeres asegura haber vivido violencia directa o indirecta desde el inicio de la pandemia.
Conforme a los datos, la violencia más común es el abuso verbal (50%), seguido por acoso sexual (40%), abuso físico (36%), escasez de necesidades básicas (35%) y privación de la comunicación (30%). Aunado a esto, siete de cada 10 mujeres afirman que la violencia de género es algo habitual en su comunidad, fenómeno que aseguran, se acrecentó durante el confinamiento. Mujeres confirman, el coronavirus profundizó sus condiciones de vulnerabilidad y deterioró en su salud mental, con sentimientos de inseguridad en casa y en público afectando a la mayoría de ellas.
De acuerdo con las víctimas y sobrevivientes, 49% buscarían ayuda de sus familiares, 11% acudirían a la policía y 10% se dirigirían a centros de ayuda y refugios. Esto refleja como la violencia contra la mujer sigue siendo una problemática vigente y desacreditada, incluso las mujeres que cuentan con ingresos son menos propensas a percibir esta cuestión como algo habitual. Lo anterior se debe a que es un problema que afecta mayoritariamente a mujeres desempleadas, quienes sufren estrés económico, inseguridad alimentaria y hacen labores de tiempo completo no remuneradas.
ONU Mujeres emitió una serie de recomendaciones dirigidas a manejar la cuestión, empezando por una mejora en la recopilación de datos y estadísticas acerca de la violencia contra las mujeres. Asimismo, sugirió que incentivar una representación equitativa en equipos de trabajo contra Covid-19, con el fin de garantizar la participación de las mujeres para considerar sus derechos y necesidades. Esto gracias a que las mujeres solo representan un 24% del personal en los planes de respuesta y recuperación de la pandemia mundial.
De igual forma, se aconseja integrar recursos y medidas multisectoriales y holísticas a las políticas nacionales y locales, las cuales ayuden a prevenir estas agresiones a mediano y largo plazo. Esto a través de planes educativos, apoyos económicos a mujeres y campañas de sensibilización dedicadas a resolver las causas profundas del fenómeno. Por último, es vital fortalecer los servicios de ayuda para mujeres víctimas de violencia de género, como lo son refugios, líneas de ayuda, mecanismos de denuncia, asistencia legal y psicológica.
Atender la crisis por violencia de género requiere de una serie de medidas preventivas y correctivas que resuelvan la problemática de forma integral y global, atendiendo las diferentes y diversas necesidades de las mujeres afectadas en su salud mental. Solamente un esfuerzo holístico y precautorio por parte de las autoridades, junto con la justa participación de las mujeres, podrá marcar la diferencia en cuanto a la resolución de este tipo de violencia sexista.
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