El desafío regulatorio y de infraestructura para ampliar las electrolineras en México

 02-02-2024
Francisco Vicario
   
Portada | Movilidad
Foto: Sergio F Cara (NotiPress)

Foto: Sergio F Cara (NotiPress)

El crecimiento anticipado del mercado de vehículos eléctricos en México plantea la necesidad de establecer al menos 38 mil estaciones de carga en los próximos 20 años para satisfacer la demanda emergente, según expertos en la industria automotriz. Este desafío no solo es tecnológico sino también regulatorio, ya que el país se enfrenta a la tarea de adaptar su marco legal a las necesidades de una infraestructura de carga eléctrica en expansión.

Aunque la venta de vehículos eléctricos e híbridos enchufables aún no supera a la de los automóviles de gasolina, se anticipa un aumento significativo en su demanda. y también de las estaciones de carga, conocida como electrolineras. Fabricantes automotrices, tanto locales como internacionales, están ampliando su oferta de vehículos eléctricos en México, destacándose proyectos como el de Tesla y un creciente interés por los coches eléctricos importados de China. Sin embargo, un estudio de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) identifica la ausencia de un marco regulatorio claro como uno de los principales obstáculos para el desarrollo de una red de carga eficiente en el país.

En México, las estaciones de carga para vehículos eléctricos pueden ubicarse tanto en áreas públicas como en propiedades privadas, siendo el Instituto Mexicano del Transporte quien reporta la existencia de mil 012 estaciones a nivel nacional. Estas infraestructuras fueron desarrolladas tanto por iniciativas privadas como por el gobierno, a través de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), que clasifica a las estaciones en tres tipos principales según el tiempo de carga, el uso recomendado y el voltaje de suministro.

La necesidad de expandir la red de estaciones de carga en México va de la mano con el desafío de crear un entorno regulatorio que facilite su instalación y operación. Este entorno debe abordar desde las especificaciones técnicas hasta los modelos de negocio viables para operadores privados y públicos, asegurando así que la infraestructura de carga evolucione al ritmo de la adopción de vehículos eléctricos en el país.

El panorama actual y futuro de las estaciones de carga de los vehículos eléctricos en México representa una oportunidad significativa para inversores y empresas del sector, pero también un llamado a la acción para los legisladores y reguladores. La consolidación de un marco legal adecuado será clave para superar los obstáculos existentes y aprovechar el potencial de los vehículos eléctricos como una alternativa sostenible en el transporte mexicano. Las electrolineras tienen un camino por recorrer en México.




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