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De acuerdo con el Índice de la Calidad del Aire 2019 (AQI) realizado por Worldwide Air Quality, México ocupa el segundo lugar con la peor calidad del aire en el mundo, sólo por debajo de China. En este sentido, expertos han puesto en la mira la relación directa entre los altos niveles de contaminación en el aire y la incidencia de enfermedades respiratorias ante la pandemia de Covid-19.
Según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en México mueren 14 mil personas al año debido a enfermedades asociadas a la contaminación. Asimismo, el 60 por ciento de la contaminación total de las partículas suspendidas gruesas son provocadas por los vehículos automotores de zonas densamente pobladas como el Valle de México, Guadalajara y Monterrey. De igual manera, los ministerios de salud y medio ambiente de Francia, Austria y Suiza indicaron, el 16 por ciento de todas las muertes de estos respectivos países son consecuencia de la contaminación atmosférica.
Ante la emergencia sanitaria por el coronavirus, la industria automotriz y entidades gubernamentales han puesto especial atención a buscar alternativas para fomentar el desarrollo e incorporación de tecnologías de bajas o cero emisiones en las flotillas de transporte público y privado. El dr. Felipe Sánchez, investigador del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y miembro de la Asociación Mexicana de Gas Natural Vehicular (AMGNV) afirmó, una alternativa en función de evitar mayores consecuencias es el uso de gas natural para automotores (GNV). No obstante, indica, la razón por la cual su uso no se ha masificado tiene que ver con políticas públicas.
"En el panorama nacional, nos encontramos ante un mercado con alta necesidad de energéticos. Hoy en día existe una competencia incipiente para ofrecer combustibles al mejor precio y con la mayor eficiencia, aspecto que fue clave durante la Reforma Energética y que aún en estos días, con un nuevo Gobierno Federal, es necesario potenciar por el bien de nuestro país", indicó Sánchez en un comunicado enviado a NotiPress.
La AMGNV reafirma, el valor de dicho sector tendrá un crecimiento exponencial gracias a las políticas de transición energética a nivel global. Bajo este contexto, Sánchez explica que el gas natural es uno de los combustibles que más guardan escepticismo, pues "se equipara con el gas LP, como un combustible para quemar en casa". A pesar de ello, dice el experto, el gas natural merece una oportunidad como combustible para vehículos por sus propiedades fisicoquímicas.
Entre las propiedades que posicionan al gas natural como uno de los mejores combustibles, según Sánchez, está el mayor poder calorífico, indicando mayor energía por kilogramo de combustible quemado; no cuenta con la presencia de contaminantes como cloruros, metales y compuestos formadores de SOx y NOx; menor precio en el mercado de combustibles, apoyando a la economía de sus consumidores.
Un estudio realizado por la Universidad de los Andes precisa, el uso de gas natural como combustible puede generar una reducción promedio de material particulado de hasta 70 por ciento y de dióxido de carbono de 19 por ciento, en comparación con las emisiones generadas por un vehículo diésel. Ante los altos niveles de contaminación que afectan la salud de las personas, el gas natural podría resultar una alternativa más limpia para garantizar la movilidad en zonas conurbanas de México.
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