Foto: Sergio F Cara (NotiPress/Composición)
Establecer horarios definidos y restringir el uso de canales laborales fuera de jornada se convirtió en una práctica cada vez más frecuente entre quienes ejercen liderazgo organizacional. Esta tendencia refleja un cambio en la manera en la cual los profesionales abordan la relación entre comunicación digital y bienestar. Durante una entrevista para NotiPress el 9 de octubre de 2025, Fiorella Ordóñez Mora, experta en comunicación estratégica, afirmó: "el bienestar y la productividad no son enemigos, más bien son aliados".
Bajo el contexto de trabajo híbrido, la conexión constante a través de dispositivos móviles genera nuevas exigencias sobre las personas en posición de liderazgo. Según Ordóñez, la accesibilidad permanente a los entornos digitales, como los teléfonos y computadoras personales, representa una extensión del espacio de oficina. Esta presencia ininterrumpida puede obstaculizar la claridad en la toma de decisiones si no se establecen mecanismos de descanso adecuados.
Desde su experiencia, quienes lideran equipos deben adoptar prácticas de desconexión digital que no solo mejoren su rendimiento individual, sino que sirvan de referencia para sus colaboradores. "Al demostrarle a tu equipo que tú marcas tus horarios, no solo te cuidas, sino que das permiso para que ellos también cuiden su bienestar", expresó Ordóñez al subrayar el valor de predicar con el ejemplo.
En un sentido similar, Karen Hutchinson, especialista en Psicología Clínica y de la Salud del Tecnológico de Monterrey, sostiene que establecer límites entre la vida personal y laboral mediante el uso consciente de la tecnología favorece el equilibrio emocional. Esta práctica, conocida como "detox digital", consiste en reducir el uso innecesario de plataformas tecnológicas, con énfasis en delimitar horarios de contacto, desactivar notificaciones y promover actividades sin dispositivos.
Para Ordóñez, este tipo de autocuidado no implica rechazar el entorno digital, sino reconocer el impacto que una conexión constante puede ejercer sobre la salud mental y el desempeño profesional. Aseguró que "una mente cansada no es una mente efectiva", y añadió que la fatiga disminuye la objetividad y capacidad de respuesta ante escenarios laborales exigentes.
La implementación de medidas que separan tiempo de trabajo y tiempo personal no se limita a una cuestión de hábitos individuales. Dentro de organizaciones con esquemas remotos o híbridos, estas decisiones pueden traducirse en mejoras de productividad, reducción de ansiedad y fortalecimiento de la cultura organizacional.
Frente a estas transformaciones, el liderazgo ya no se mide únicamente por la disponibilidad continua, sino por la capacidad de gestionar límites claros que favorezcan el desempeño sostenido. El enfoque propuesto por figuras como Ordóñez se inserta en una corriente que promueve un liderazgo consciente, en sintonía con las necesidades humanas dentro del entorno laboral digitalizado.
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