Foto: Gustavo Torres (NotiPress)
El 2024 podría convertirse en el período más beneficioso para los ciberataques con ransomware, un fenómeno que, pese a la disminución de actividades ilícitas en general, está en auge. Este crecimiento coincide con la creciente aceptación global de las criptomonedas fue impulsada por la aprobación de fondos cotizados en bolsa (ETF) de Bitcoin y Ethereum en Estados Unidos, de acuerdo con un reporte de Chainalysis.
De la misma forma, se da por las revisiones a las normas de contabilidad justa del Consejo de Normas de Contabilidad Financiera (FASB). Aunque la actividad ilícita general en el ecosistema de criptomonedas disminuyó un 19,6% en comparación con el 2023, los fondos relacionados con el ciberdelito muestran tendencias preocupantes.
Las criptomonedas robadas aumentaron alcanzando un millón 580 mil de dólares hasta finales de julio y representa un incremento del 84,4% comparándolo con el mismo período de 2023. Este aumento se debe, en parte, al alza en los precios de activos como el Bitcoin, cuyo valor creció un 130% en el transcurso del año.
Pese a las iniciativas de las autoridades para combatir estas actividades ilícitas, el ransomware sigue siendo un desafío persistente. Este aumento de ciberdelitos, en gran parte está atribuido al resurgimiento de ataques a intercambios centralizados. A mediados de 2024, los rescates pagados superaron los 459 millones 800 mil dólares, sugiriendo que este año podría superar todos los récords previos.
Este aumento se ve reflejado en la cantidad de ataques y en el tamaño de los rescates, con un pago máximo registrado de aproximadamente 75 millones de dólares, representando un incremento del 96% respecto al 2023. Aunque el número de ataques de ransomware aumentó en un 10% en comparación con el 2023, la frecuencia de pagos disminuyó en un 27,29%. Esto sugiere que las víctimas están cada vez más preparadas para resistir los ataques y las medidas preventivas están empezando a tener efecto.
Además, el entorno de amenazas sigue evolucionando, con actores maliciosos perfeccionando sus técnicas y herramientas. La creciente complejidad de los ataques requiere una respuesta coordinada y efectiva por parte de las autoridades y las empresas. Las investigaciones en curso y las operaciones internacionales como la Operación Cronos y la Operación Endgame fueron cruciales para desmantelar redes de ransomware y rastrear flujos de dinero ilícito.
Sin embargo, el desafío persiste, ya que los delincuentes continúan adaptándose y buscando nuevas formas de explotar vulnerabilidades. No obstante, el aumento en los pagos de ransomware también refleja una mayor resiliencia y adaptación por parte de las organizaciones frente a las amenazas cibernéticas.
A pesar de la magnitud de los ataques, muchas empresas implementaron estrategias robustas para protegerse, como el fortalecimiento de los protocolos de seguridad, la capacitación continua del personal y la inversión en tecnologías avanzadas de prevención y respuesta a incidentes. Este cambio corporativo destaca una nueva tendencia en la gestión del riesgo cibernético, aunque la evolución constante de las tácticas de los delincuentes requiere una vigilancia continua.
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