Ciudad de México,
Javier Merino
Crédito foto: Sergio F Cara (NotiPress)
La inteligencia artificial (IA) será de gran apoyo para los medios de comunicación, pero los límites y la confianza en lo publicado lo deben identificar los periodistas. Poner límites y trabajar en códigos deontológicos claros y concretos ayudarán a que el futuro del periodismo no sea amenazado por la inteligencia artificial, según el periodista Miguel Pellicer.
En primer lugar, se encuentra la salvaguarda de tres derechos humanos fundamentales para las sociedades actuales: libertad de expresión, libertad de prensa e imprenta y derecho a la información.
Pero no cualquier tipo de información, sino información veraz, imparcial, oportuna y expedita. Por otra parte, el oficio y profesión del periodista está relacionado con la capacidad de recolectar, sintetizar, jerarquizar y publicar información, escrita, oral o a través de cualquier medio o forma. Ya sea relativa a hechos del presente, del pasado o del futuro, y a través del análisis o interpretación de las implicaciones de dicha información.
Sin embargo, la revolución tecnológica, como la llegada de los smartphones y el uso generalizado de la internet y las redes sociales, implican nuevos retos para el periodismo. El principal reto, hasta ahora, para el periodismo, es la capacidad de adaptación de los periodistas a los nuevos formatos para la transmisión y consumo de la información. No es lo mismo publicar un artículo en un periódico impreso que generar una versión del mismo texto para una publicación digital. Lo mismo sucede si lo que se desea es compartir información a través de un video para YouTube, TikTok, Instagram Reels o cualquier otra plataforma.
No es solo la capacidad de adaptabilidad de la información por los periodistas, a los nuevos formatos, el reto a vencer. Por ejemplo, una IA es capaz de analizar bases de datos en segundos, crear textos con alto índice de credibilidad e imágenes a partir de texto. Adicionalmente, se debe competir contra la constante demanda de disponibilidad e inmediatez de contenidos informativos, propia de la hiperconectividad global. Sin embargo, cabe destacar, un ser humano promedio, periodista o no, no puede competir contra estas habilidades de una IA.
Al respecto, una gran cantidad de periodistas en todo el mundo, han alzado la voz en contra del uso de las inteligencias artificiales por su alta capacidad de engaño. Por ejemplo, el reportero de Ars Technica AI, Benj Edwards comentó lo siguiente en referencia al uso de las IA:
Es posible que OpenAI haya inventado el mentiroso más convincente, informado y peligroso de la historia (ChatGPT). Una máquina de ficción sobrehumana cuyas capacidades pueden ser usadas para influir en las masas o alterar la historia".La declaración de Edwards cobra sentido tras la viralización de imágenes de un supuesto arresto en contra del expresidente norteamericano Donald J. Trump, creadas por Eliot Higgins, fundador de Bellingcat. Sin embargo, a pesar de la facilidad de las IA para replicar de forma creíble las capacidades humanas, hay cualidades irreproducibles, al menos hasta ahora, por una IA. Las cuales se consideran inherentes a la condición humana y al periodismo. Por ejemplo, valores como la ética, capacidad de empatía, credibilidad, voluntad, moral, conciencia colectiva, entre otros.
Cabe destacar, la irrupción tecnológica de las IA en el mundo de la información y el periodismo no son nuevos. Desde hace años existen múltiples aplicaciones capaces de generar contenidos periodísticos e incluso capaces de detectar fake news. También hay implementaciones de IA cuya intención es establecer parámetros de estilo en las redacciones de diversos medios de comunicación, para uniformar la creación de contenido según el público meta del medio en cuestión.
O el caso de NAT (Neural AI Technology), la primera presentadora de noticias creada con IA en Latinoamérica, la cual pertenece a Grupo Fórmula. NAT tiene bajo su responsabilidad los resúmenes de las noticias más relevantes de las 11 de la mañana, las 4 de la tarde y las 9 de la noche. Las implicaciones de su existencia y uso, se relacionan con los nuevos medios y formas a través de las cuales se puede transmitir y consumir toda clase de información, gracias a la evolución de la informática y la internet.
Por lo cual, el periodismo y los periodistas, así como otros profesionales de la información, deben concentrarse en fomentar las competencias duras. Es decir, habilidades del dominio de formatos, géneros periodísticos, verificación de contenidos, análisis e investigación. Al igual que competencias digitales, y sobre todo, competencias blandas, orientadas al beneficio de las sociedades. Es decir, fomentar profesionales con perfiles flexibles, abiertos a evolucionar y que se construyan y reinventen a partir del defecto y la imperfección propia de la condición humana.
Finalmente, a medida que los algoritmos y el desarrollo de las inteligencias artificiales evolucionen, es probable que desplace a seres humanos de sus puestos de trabajo. Pero, al menos en el ámbito periodístico, la búsqueda de la verdad desde una perspectiva ética, empática y humana, no podría ser reemplazada por una máquina.
También es necesario impulsar desde las sociedades el uso de las IA en el ámbito informativo como un apoyo y no como un sustituto de seres humanos. Además, el gremio periodístico debe buscar fomentar la confianza en los profesionales de la información, realizando productos informativos para consumo de las sociedades, confiables, veraces, éticos e imparciales, para enfrentar los retos de la profesión en siglo XXI.