Foto: Gustavo Torres (NotiPress)
El sistema publicitario de Google se encuentra nuevamente en tela de juicio luego de que el Departamento de Justicia de Estados Unidos acusara a la compañía de realizar tácticas anticompetitivas. La empresa debe explicar por qué el gobierno se equivoca al llamarla monopolio ilegal y por qué sus decisiones reflejan criterios comerciales razonables que no deberían obligarla a cambiar.
Para esta oportunidad, Google es acusada de manipular la industria de la tecnología publicitaria para que gire en torno a sí misma. De acuerdo con el Departamento de Justicia (DOJ), el gigante tecnológico se aseguró de que los rivales no pudieran competir y que los editores no pudieran alejarse. "Las reglas están establecidas de modo que todos los caminos conduzcan de nuevo a Google", aseguró la abogada del DOJ, Julia Tarver Wood.
Los argumentos presentados indican que Google monopolizó tres mercados: las herramientas del lado de los editores, un subconjunto de herramientas del lado de los anunciantes y los intercambios de anuncios donde se realizan subastas. Como resultado los clientes de Google pagan precios más altos por herramientas más toscas porque la empresa carece de incentivos reales para mejorarlas. Sin embargo, los clientes no tienen alternativas adecuadas a las cuales recurrir.
Por otra parte, la Justicia sostiene que Google tomó medidas anticompetitivas para mantener su liderazgo, entre ellas, la compra de competidores jóvenes y el lanzamiento de nuevas funciones para neutralizar los esfuerzos por reducir su control. La empresa pudo establecer sus propias reglas en el campo de juego y los clientes simplemente no podían rechazarlas, sobre todo, cuando se trata del servidor de anuncios para editores.
Según el Departamento de Justicia, cuando otro producto parece amenazante, Google utiliza su posición y lo compra. De acuerdo con la empresa, esto mejoró todo el sistema al permitirle funcionar de manera más eficiente, pero la Justicia afirma que la empresa simplemente elimina a la competencia de raíz.
Actualmente, Google está presentando su versión de los hechos con la ayuda de testigos, incluidos anunciantes del gobierno federal, para destacar el valor de sus productos. Su abogado espera cerrar el caso en los próximos días, tras lo cual el Departamento de Justicia presentará su refutación. La empresa argumenta que el éxito de su negocio no es ilegal y sus adquisiciones están destinadas a mejorar sus servicios. Además, señala que la Corte Suprema no obliga a las empresas a hacer tratos con sus competidores.
Este juicio tiene lugar después de dos derrotas antimonopolio para Google, relacionadas con su motor de búsqueda y la Play Store de Android. Por lo tanto, la empresa busca salir victoriosa en esta oportunidad y así, cortar su mala racha.
Sin embargo, la evidencia en su contra es comprometedora. Documentos internos revelan que la compañía era consciente de su poder en el sector publicitario. Por ejemplo, en un correo electrónico de 2016, el ex ejecutivo Jonathan Bellack comparó la tecnología publicitaria de Google con la de Citibank o Goldman Sachs, que son dueños de la Bolsa de Nueva York. El veredicto final está ahora en manos de la jueza.
DESCARGA LA NOTA SÍGUENOS EN GOOGLE NEWS