Impacto del cambio climático en la producción cafetera

 29-07-2019
Patricia Manero
   
Portada | Negocios
Foto: Foto: Pixabay

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El café es una bebida milenaria,y su cultivo ha tenido lugar en África, Asia, Europa y América. Al día de hoy, Latinoamérica dispone de la adecuada ubicación y orografía para cultivar un café de calidad y se encuentran cinco de los 10 mayores productores de café a nivel mundial entre los cuales destacan Brasil y Colombia.

Asimismo, la demanda de café va en aumento debido a la expansión de la clase media en naciones asiáticas, por ello la capacidad productora asiática persigue ese ritmo, lo que impacta a quienes son productores en Latinoamérica.

Hoy día, la industria cafetera genera alrededor de 14 millones de empleos latinoamericanos a lo largo de toda la región, pero los efectos del cambio climático, las plagas y el costo del café en el mercado internacional son una amenaza para la estabilidad económica de millones de familias latinoamericanas.

La planta del café se ve directamente afectada por el cambio climático, ya que es necesario tener una temperatura, luz y humedad determinadas para su crecimiento y calidad. Estos cultivos crecen de forma óptima en el "cinturón café", la región entre los trópicos Cáncer y Capricornio; expertos mencionan, el aumento de la temperatura global traerá una reducción significativa de la superficie idónea para cultivos de café, en 2050 se verá reducida hasta un 50 por ciento.

Ante los efectos del cambio climático, se producirá una redistribución a áreas en las que no era posible cultivar la planta, por ejemplo se estima, en Nicaragua la altitud óptima para el cultivo de café aumentará de 1,200 msnm a 1,600 msnm a mediados del siglo XIX.

"Las acciones de adaptaciones pueden reducir, mas no eliminar o revertir los impactos del cambio climático en la agricultura. Es por eso que es importante implementar medidas de mitigación para reducir los gases invernaderos" declaró Ana Ríos, especialista de la División de Agricultura y Desarrollo Rural.

Otro efecto directo del cambio climático es la propagación del hongo Hemileia vastatrix, parásito causante de la enfermedad de la roya del cafeto. La enfermedad se caracteriza por debilitar las plantas hasta marchitarse y dejar de producir granos.

En la temporada de cultivos entre 2012 y 2013, Centroamérica sufrió una de las peores crisis en su historia debido a la roya, ya que su propagación fue proporcional al aumento de las temperaturas. Honduras, Costa Rica y Guatemala se declararon en estado de emergencia en materia de cultivo de café y el resultado final fue la devastación de más del 50% de las zonas sembradas.

Mundialemente, hay identificadas 120 especies diferentes de plantas de café, pero cuando se trata del que se consume a diario, sus granos vienen de las especies Coffea arabica, y Coffea canephora. La primera es poco tolerante al aumento de las temperaturas, susceptible a padecer roya y produce pocos granos; la segunda tiene las características contrarias: resistente a calor, se cultiva de manera más fácil y produce más.

El café arábica es considerado a nivel mundial como el de mejor calidad, pero ante los impactos del cambio climático cada vez es más difícil cultivarlo. Hoy día, entre 60 y 80 por ciento de la producción mundial de café es de tipo arábica, el resto es robusta. En este contexto, el centro de investigación científica sobre el café (Cenicafe) de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia, trabajó con el ADN del café en función de desarrollar variedades que combinara el sabor del tipo arábica y la resistencia a plagas de la robusta.

Cenicafé desarrolló su primer híbrido en 1980: la variedad Colombia, mezcla de Caturra con Timor. Asimismo, esta no es una solución definitiva debido a que el hongo sigue mutando, y los investigadores tendrán que adaptar sus variedades híbridas a los efectos del cambio climático.




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