Ciudad de México,
Sergio F Cara
Crédito foto: FEMEXPALMA
La industria alimenticia tiene un especial interés por el aceite de palma, pese a la polémica alrededor del aceite vegetal y su impacto en la salud o el medio ambiente. La palma aceitera representa el 7% de la tierra cultivada de aceites vegetales a nivel global y ostenta el rendimiento más alto, produciendo el 38% de todos los aceites y grasas, sostiene la Alianza europea del aceite de palma. Indonesia y Malasia satisfacen el 85% del la demanda mundial. Entre sus características más importantes, este aceite se mantiene sólido a temperatura ambiente y su textura favorece las cremas untables. Al compararse con otros aceites, como el de oliva, una crema de cacao sería líquida. Esta y otras características lo convierten en un favorito de la industria, aunque su uso es tan amplio como las críticas que recibe.
Un grupo de 10 expertos españoles de la Universidad Politécnica de Madrid, condujeron el estudio "Palm Oil on the Edge", publicado el 26 de agosto de 2019 en la revista Nutrients. Entre los hallazgos alrededor del aceite de palma, los científicos sostienen, el "consumo en cantidades moderadas y en el marco de una dieta variada y equilibrada, no representa riesgo para la salud". El estudio indicó que el aceite vegetal tiene un balance de ácidos grasos alrededor del 48% de saturados y 52% de insaturados. La investigación llevada a cabo por especialistas europeos revela, el ingrediente es usado principalmente en alimentos de indulgencia, cuyo consumo se recomienda sea ocasional.
Además, el grupo de consenso afirmó, no hay evidencias que indiquen, deba modificarse las recomendaciones de ingesta de grasa. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda, el 20-35% de las kilocalorías totales provenga de la grasa, y que la ingesta de ácidos grasos saturados no supere el 10% de la energía total. Consultado por NotiPress, Mariano Nieto Romero, responsable del suministro de aceites tropicales y líquidos para América Latina de Upfield México, afirmó de manera resumida, "cualquier alimento consumido en exceso es malo".
Otro elemento alrededor de la polémica del aceite de palma es el impacto con el medio ambiente. El grupo de expertos considera prioritario informar al consumidor sobre la importancia de la producción sostenible, con el propósito de contribuir al mantenimiento medioambiental y a la economía local de países productores. Además, el ingrediente viene a sustituir las grasas animales, las cuales varios estudios señalan una relación con los problemas cardiovasculares en la salud de las personas.
Gobiernos de Dinamarca, Francia, Noruega, Alemania, Países Bajos, Italia y Reino Unido firmaron en 2015 la Declaración de Ámsterdam. Esta estableció el compromiso de la adopción de aceite de palma 100% sostenible en la cadena alimentaria europea para 2020.
México importa alrededor del 70% del aceite de palma para el consumo en el sector alimenticio. Con esto en mente, el especialista de Upfield expresó, se requiere, "promover más el uso nacional del aceite", aunque, "faltaría más incentivo hacia la parte de agricultura". Nieto compartió el ejemplo de la relevancia de los cultivos de palma de aceite en Colombia, donde existen iniciativas que buscan impulsar a productores a mejorar las condiciones de producción. Desde una perspectiva de la seguridad alimentaria, el ejecutivo dijo, México podría ser autosuficiente en la producción nacional del aceite vegetal.
América Latina tiene 48 plantas de beneficio certificadas por la Mesa Redonda de Aceite de Palma Sostenible (RSPO por sus siglas en inglés) como sostenibles, que procesan el fruto de la palma aceitera. Esto representa alrededor del 25% de las plantas extractoras latinoamericanas. Pese a la polémica en cuestiones de nutrición y medio ambiente que imperan alrededor del aceite de palma, lo concreto es, México posee una clara dirección hacia la adopción de mejores prácticas. La Federación Mexicana de Palma de Aceite (FEMEXPALMA) dio a conocer durante 2020 mediante un comunicado a Oleopalma, empresa dedicada al cultivo, producción, procesamiento y comercialización del aceite vegetal y sus derivados como la primera firma mexicana en certificarse, de cara a un mayor compromiso con el medio ambiente, el mercado y los consumidores. Asimismo, la Federación anunció el laboratorio CIISPALMA, alineado con prácticas orientadas a una productividad sostenible a través de tecnologías y servicios especializados para contribuir con mercados de alto valor agregado.