Foto: SpaceX
SpaceX se prepara para realizar en 2025 una prueba de transferencia de propulsor en órbita entre dos naves Starship, un avance que podría abrir la puerta a futuras misiones de carga y al esperado aterrizaje lunar del programa Artemis. Este hito técnico es fundamental para demostrar la capacidad de mover grandes volúmenes de combustible en el espacio, lo que permitiría misiones más ambiciosas más allá de la órbita terrestre.
El proyecto forma parte del contrato de 4.050 millones de dólares que la NASA otorgó a SpaceX para desarrollar vehículos Starship capaces de transportar humanos a la Luna. La demostración no tripulada de la nave en la superficie lunar es un paso previo al primer aterrizaje tripulado de Artemis, programado para septiembre de 2026.
Kent Chojnacki, subdirector del programa Human Landing System (HLS) de la NASA, puso en relieve la importancia de estas pruebas en el camino hacia la misión lunar. "Sería la primera vez que se demuestra a esta escala, por lo que es un gran paso", afirmó. Agregó que esta demostración permitirá avanzar hacia una misión sin tripulación, un prerrequisito antes del aterrizaje con astronautas.
La NASA ha optado por un enfoque flexible y basado en hitos para su contrato con SpaceX, en contraste con el programa Space Launch System (SLS), cuyo modelo tradicional ha implicado costos elevados y plazos prolongados. SpaceX debe cumplir con 27 requisitos de sistema, pero también puede proponer hitos adicionales para asegurar pagos y avanzar en su desarrollo.
Se espera que la Revisión Crítica de Diseño (CDR) se lleve a cabo en el verano de 2025, en la que la NASA certificará el cumplimiento de todos los requisitos. Si las pruebas y las revisiones avanzan sin contratiempos, la histórica misión de llevar nuevamente humanos a la Luna podría concretarse en 2026.
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