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Conocer los pormenores del cambio climático puede ayudar a países y organizaciones internacionales a hacer frente al calentamiento global con mejores políticas de prevención y mitigación. Mientras muchas investigaciones contribuyen a entender mejor las consecuencias en cuanto a consecuencias naturales y sociales, también es necesario conocer cuál es el campo de acción existente para prevenir el cambio climático. En este sentido, científicos de la Universidad Tecnológica de Sidney han definido el presupuesto global de carbono restante para los 12 principales sectores industriales y de servicios para limitar el calentamiento global a 1.5 grados Celsius.
Esta medida es crucial para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París, de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. De acuerdo a los investigadores, aún es posible alcanzar la meta de mantener el aumento de la temperatura global a 1.5 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales. Según un comunicado de la universidad, para esto es necesario una acción climática oportuna de parte de las industrias intensivas en energía. Igualmente es necesario el respaldo del sector financiero y de políticas confiables y de largo plazo de parte de los gobiernos.
Para esto es imprescindible tener en cuenta el presupuesto global de carbono necesario para conseguir este objetivo con un 67% de certeza. Según los investigadores, el presupuesto global de carbono hasta 2050 es de 400 gigatoneladas de dióxido de carbono (GtCO2). Dentro de este presupuesto, la industria del acero tiene un presupuesto restante de 19 GtCO2, un 5% del presupuesto total. La industria del cemento, 9 GtCO2 o un 2.4% y la industria del aluminio 6 GtCO2 o un 1.6%. Los mayores presupuestos de carbono se calculan para edificios (climatización y electricidad), con 88 GtCO2 o 22.6% y el transporte por carretera, con 82 GtCO2 o 21.1%.
Un presupuesto de carbono para industrias específicas basado en la ciencia es necesario para implementar objetivos climáticos para las partes en cuestión. El estudio analizó las industrias del aluminio, la química, del cemento, del acero y la textil junto a los servicios públicos de energía y gas, agricultura, silvicultura, aviación y transporte marítimo, transporte por carretera y bienes raíces y edificios. Los pormenores de sus resultados pueden consultarse mediante un resumen ejecutivo, donde los investigadores detallan también las metodologías clave de su investigación.
Aunado al cálculo del presupuesto de carbono para estas industrias en particular, la investigación hace también una serie de recomendaciones para los responsables políticos, la industria y actores financieros. Estas incluyen dejar de invertir en nuevos proyectos de petróleo, carbón y gas; asegurar la eliminación del carbón para 2030, parar la fabricación de vehículos de pasajeros con motores de combustibles fósiles. También el establecimiento e implementación de objetivos de descarbonización de carteras de inversión, préstamos y suscripción en línea, entre otros.
De no mantenerse el aumento de temperatura dentro de las metas del Acuerdo de París se tendría un impacto catastrófico en el bienestar poblacional. Según modelos de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de Estados Unidos (NASA), se espera una disminución del 24% del rendimiento del cultivo de maíz para 2030. Esto como consecuencia del calentamiento global y en un escenario de altas emisiones de gases de efecto invernadero.
Según su estudio, una disminución del 20% de los niveles actuales de producción podría tener graves implicaciones a escala mundial. Igualmente el cambio climático podría triplicar el riesgo de inundación de hogares de bajos ingresos en Estados Unidos para 2050. Los lugares más propensos a estas afectaciones serán Nueva York, Massachusetts y Nueva Jersey, donde existen miles de unidades de vivienda asequible en riesgo de inundaciones costeras crónicas.
En este sentido, es en el mejor interés mundial que los responsables políticos, financieros y de las industrias se apeguen a estos cálculos del presupuesto de carbono restante. Esto se debe conseguir principalmente a través de la promulgación de políticas coherentes con la emergencia climática actual y de una vigilancia eficaz de su cumplimiento.
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