Foto: Pixabay
De acuerdo con la investigación realizada por la Sociedad Astronómica Estadounidense (ASS), a cargo de Guðmundur Stefánsson, investigador en astrofísica y residente en la Universidad de Princeton, se ha descubierto y validado el primer exoplaneta a través del Habitable-zone Planet Finder (HPF), un espectrómetro astronómico establecido en el observatorio McDonald, Texas, con el objetivo de encontrar exoplanetas habitables.
El exoplaneta, denominado G9-40b por el equipo de Stefánsson, se encuentra a 100 años luz de la tierra, posee un diámetro similar al de Neptuno, con 12 veces la masa de la tierra, y fue descubierto gracias a una señal recolectada por el observatorio espacial Kepler; esta señal fue enviada al espectrómetro HPF para realizar las pruebas pertinentes y determinar el tipo de cuerpo celeste al que corresponde la información infrarroja.
Pese al descubrimiento del exoplaneta, realizada el 12 de febrero de 2020, la tecnología del espectrómetro HPF se implementó en primer lugar con el propósito de la observación casual del espacio y se construyó sobre el telescopio Hobby-Eberly en el observatorio McDonald durante el invierno de 2017.
Gracias a los resultados favorables de esta tecnología para detectar cuerpos celestes, aunado a la iniciativa por explorar la zona habitable cercana a estrellas enanas de clase M-dwarfs, con el propósito de encontrar exoplanetas con condiciones similares a las de la tierra, el espectrómetro HPF comenzó a emplearse por equipos de investigación científica formados por astrónomos en 2018.
Asimismo, debido a las dificultades que presentan las tecnologías basadas en espectrómetos para el descubrimiento de exoplanetas cercanos a estrellas enanas, en tanto los registros infrarrojos pueden pertenecer a una estrella gemela, como expresa Suvrath Mahadevan en el documento de la investigación del espectrómetro HPF, se desarrolló una tecnología de calibrado especial para el láser empleado por el telescopio Hobby-Eberly, proporcionado por el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST).
Frente a las mejoras en el telescopio Hobby-Eberly y la señal proporcionadas por el satélite Kepler, el exoplaneta G9-40b se ha consolidado como el primer descubrimiento importante del espectrómetro HPF, ya que su ubicación y el análisis de datos sobre la señal registrada, con base en el calibrado de la frecuencia según los resultados del equipo de Stefánsson, sugieren que el exoplaneta puede contener agua en estado líquido sobre su superficie y una atmósfera adecuada para sustentar la vida.
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