Foto: tanvi sharma vía Unsplash
Investigadores de la Universidad de Rutgers, en colaboración con otras instituciones como Harvard, desarrollaron un material a base de plantas para reemplazar el plástico. Todo con el objetivo de producir envolturas y envases de plástico para reducir el impacto ambiental.
De acuerdo con el artículo publicado en Nature Food, este proceso escalable podría reducir potencialmente el impacto ambiental adverso de los envases de plástico para comestibles. Además, tiene la capacidad de proteger la salud humana al sustituir los químicos tóxicos que se utilizan en bolsas, envases y envolturas de plástico convencionales para proteger alimentos.
"Sabíamos que necesitábamos deshacernos de los envases de alimentos fabricados con petróleo; hoy existen materiales más sostenibles, biodegradables y no tóxicos". Declaró a los medios Philip Demokritou, coautor del experimento que pretende reducir el impacto ambiental.
Para lograr este proceso, los especialistas crearon una red denominada "rocía", la cual está basada en fibras de biopolímeros y polisacáridos. En otras palabras, son los carbohidratos más comunes encontrados en alimentos y se pueden hilar formando una hebra o fibra muy resistente.
Además, por su origen natural, el material resultante puede cubrir cualquier tipo de alimento protegiéndolo de microorganismos que los descomponen con mayor rapidez. El documento incluye una descripción de la tecnología llamada Giro de chorro rotativo enfocado, un proceso empleado para producir el biopolímero.
También, las nuevas fibras que podrían reducir el impacto ambiental son capaces de encapsular alimentos y están mezcladas con ingredientes naturales como: aceite de tomillo, ácido cítrico y nisina. Encima, los investigadores programaron tales materiales con el fin de hacerlos actuar como sensores, es decir, tienen la virtud de activar y destruir cepas bacterianas.
Gracias a esta técnica, los científicos pudieron extender la vida útil de los aguacates a un 50% luego de cubrirlos con este material. De igual manera, se puede enjuagar con agua y se degrada en el suelo en tres días. Con ello, se podrá abordar la creciente preocupación por las enfermedades transmitidas por los comestibles y al mismo tiempo, reducir el impacto ambiental.
Demokritou, agregó que no está en contra de los plásticos, pero sí está en contra de aquellos plásticos a base de petróleo y otros químicos dañinos para la salud humana. "En la actualidad, seguimos tirando plásticos y están ahí afuera degradándose lentamente, pero solo una pequeña parte de ellos se puede reciclar", puntualizó.
Según los especialistas, en los últimos 50 a 60 años, se han colocado 6 mil millones de toneladas métricas de desechos de plástico en el medio ambiente. En tanto, los pequeños residuos de los mismos están llegando al agua potable, comestibles y el aire. Por ello, los investigadores tienen la intención de llevarlo a un nivel comercial a corto plazo para prevenir riesgos a la salud y reducir el impacto ambiental.
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