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La digitalización se posiciona en 2025 como una estrategia clave para enfrentar inundaciones urbanas y fluviales, fenómeno cada vez más frecuente por el cambio climático. Ante eventos recientes en regiones como Valencia (España), el sur de Brasil y el este de África, autoridades han acelerado la adopción de sistemas digitales orientados a la prevención y gestión eficaz del riesgo hídrico.
Durante este año, los Sistemas de Ayuda a la Decisión (SAD) y los Sistemas de Alerta Temprana (SAT) se consolidan como las principales herramientas para mitigar los efectos de lluvias intensas y crecidas repentinas. Los SAD emplean inteligencia artificial para analizar grandes volúmenes de datos y facilitar la planificación tanto en tiempo real como a mediano y largo plazo. En paralelo, los SAT emiten alertas tempranas con escasa antelación, permitiendo activar planes de emergencia en zonas de alto riesgo mediante el uso de información topográfica y modelos hidrológicos avanzados.
En entornos urbanos, se mantiene la tendencia de instalar sensores de nivel de agua en desagües pluviales y cauces para ofrecer datos en tiempo real. Además, aplicaciones móviles conectadas a sistemas de alerta permiten informar directamente a la población, fortaleciendo la capacidad de respuesta comunitaria.
Los sistemas de información geográfica (GIS) también tienen un papel destacado en 2025, al permitir el mapeo detallado de zonas propensas a inundaciones. Con base en la topografía, el uso del suelo y datos históricos, estas herramientas facilitan la priorización de intervenciones y obras de mitigación.
Otro avance relevante es el uso de gemelos digitales: modelos virtuales de ciudades que permiten simular distintos escenarios de inundación. Estas plataformas ayudan a evaluar impactos potenciales y diseñar respuestas estratégicas, optimizando los recursos disponibles y priorizando las acciones de mayor impacto.
Para ríos y cuencas, se profundiza el uso de modelos climáticos, integrando datos históricos y actuales para prever el comportamiento del agua en eventos extremos. Para eso, la mejor tecnología es la satelital como también el análisis geoespacial. Ambos complementan estas simulaciones con información precisa sobre las zonas más vulnerables.
El análisis de grandes volúmenes de datos también se vuelve esencial. Según indicóSergio Morant, especialista en agua de Idrica, "el análisis de datos masivos (big data), la inteligencia artificial y los lagos de datos, están demostrando ser herramientas poderosas para abordar estos desafíos". Por su parte, Christian Perez, gerente de desarrollo de negocios digitales de Xylem en Medio Oriente y Turquía, afirmó: "Con herramientas avanzadas como los gemelos digitales y el análisis predictivo, podemos transformar la gestión de las inundaciones en soluciones proactivas que no solo protejan a las comunidades, sino que también optimicen los recursos y reduzcan los costes operativos".
Finalmente, las plataformas digitales para la gestión integrada de recursos hídricos permiten coordinar acciones entre distintas entidades mediante la combinación de datos meteorológicos, hidrológicos y sociales. Esta visión holística y adaptativa se perfila como tendencia decisiva en el manejo sostenible del agua ante fenómenos climáticos extremos.
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