Foto: Sergio F Cara (NotiPress/Composición)
Un equipo de investigadores de la Universidad de Cornell identificó un mecanismo llevado a cabo para conservar recuerdos fuertes y duraderos. Su estudio, publicado el 1 de enero en la revista Nature, revela que los movimientos de la pupila durante una subetapa del sueño no REM son esenciales para consolidar recuerdos, evitando que nuevos aprendizajes borren información previa.
El trabajo, liderado por los profesores adjuntos Azahara Oliva y Antonio Fernández-Ruiz, utilizó ratones equipados con electrodos cerebrales y pequeñas cámaras de seguimiento ocular. A través de este innovador enfoque, se descubrió que las pupilas se contraen para consolidar recuerdos recientes, mientras que se dilatan para reactivar y reforzar conocimientos más antiguos. Este hallazgo permite al cerebro gestionar eficientemente su memoria durante el sueño.
Un experimento con precisión milimétrica
Durante un mes, los investigadores enseñaron a un grupo de ratones diversas tareas, como recoger agua o galletas en un laberinto. Posteriormente, los animales fueron monitoreados mientras dormían. Los electrodos cerebrales registraron la actividad neuronal, y las cámaras capturaron la dinámica de sus pupilas.
"El sueño no REM es cuando se produce la consolidación real de la memoria, y estos momentos son períodos de tiempo muy, muy cortos, indetectables para los humanos, como 100 milisegundos", explicó Oliva. Esta microestructura del sueño permite que el cerebro distribuya rápidamente el procesamiento de memorias recientes y antiguas, asegurando que una no interfiera con la otra.
Por otro lado, el estudio mostró la complejidad de la estructura temporal del sueño en ratones y su cercanía a las etapas humana. Al interrumpir el sueño de los ratones en momentos específicos, los investigadores confirmaron que las tareas aprendidas se recordaban mejor cuando la pupila se encogía en una subetapa del sueño no REM. Por el contrario, los recuerdos más antiguos se reproducían e integraban durante la dilatación pupilar.
Este descubrimiento podría tener un impacto significativo en el desarrollo de técnicas para mejorar la memoria humana y en la programación de redes neuronales artificiales más eficientes. Según Oliva, "Es como un nuevo aprendizaje, un conocimiento antiguo, un nuevo aprendizaje, un conocimiento antiguo, y eso fluctúa lentamente a lo largo del sueño", aseguró Oliva.
La investigación representa un avance en la comprensión de los procesos de consolidación de la memoria durante el sueño. Este hallazgo no solo amplía el conocimiento sobre la microestructura del sueño no REM, sino que también abre nuevas posibilidades para mejorar la memoria humana, sentando las bases para aplicaciones en neurociencia y tecnología avanzada.
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