Ciudad de México,
Andrés Zimbrón
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Una investigación dirigida por la Universidad de Göttingen muestra que la interacción con instrumentos científicos mejora la comprensión de los niños, principalmente para analizar el mundo microscópico. Los científicos lograron construir un microscopio de alta resolución utilizando únicamente piezas LEGO y piezas útiles de smartphones en desuso.
Cuando los niños entre 9 a 13 años usaron el dispositivo, aumentaron significativamente la comprensión de la microscopia después de construir y trabajar con el microscopio. Timo Betz, principal autor del proyecto señaló, "creamos un artefacto totalmente funcional y de alta resolución casi igual a uno profesional capaz de explotar la curiosidad de los niños".
El equipo se dio cuenta de que los lentes de las cámaras de los teléfonos inteligentes convencionales cuestan alrededor de 4 euros (94.58 pesos MXN) cada uno. Además, son de una calidad tan alta que pueden hacer celdas individuales para cada objetivo y así aumentar la calidad del microscopio.
También, los científicos diseñaron un tutorial paso a paso para guiar a las personas a través del proceso de construcción mientras aprenden sobre las características ópticas y relevantes de un microscopio. "Cuando recibieron el tutorial y las piezas para construir el dispositivo, ellos mismos aumentaron significativamente su conocimiento de la microscopia", señaló Betz.
Para el equipo de trabajo de la Universidad de Göttingen, la comprensión de la ciencia es crucial para tomar decisiones y genera beneficios en la vida cotidiana, como la resolución de problemas y creatividad. La intención de los expertos también fue encontrar una forma de incentivar la curiosidad natural de los niños. Por ejemplo, explicarles sobre la comprensión de los principios fundamentales y ver el potencial que existe en el campo de la ciencia.
Durante el experimento, el equipo de trabajo estuvo en contacto todo el tiempo con los niños y monitorearon su progreso. Después de haber construido las partes principales, que en un inicio era lo más difícil, los niños comenzaron a jugar con el microscopio y hacer sus propias adaptaciones.
A pesar de ser un juguete científico, algunas personas adultas también podrían armar su propio microscopio y no sentirse excluidos de la ciencia. Ahora podrían tener la oportunidad de ser parte del pensamiento científico o crítico que otorga una investigación.
Según Timo Betz, su desarrollo interactivo y modelo escalable podría ser empleado en aulas y hogares de todo el mundo e inspirar a niñas y niños sobre la ciencia. Su propuesta de mejorar el acceso al instrumento científico podría cambiar el rumbo de la educación básica.