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Un grupo de científicos japoneses lanzó al espacio el primer satélite hecho de madera, dando el primer paso hacia la sostenibilidad en la exploración espacial. LignoSat fue desarrollado por la Universidad de Kioto y el constructor de viviendas Sumitomo Forestry. El aparato volará a la Estación Espacial Internacional en una misión de SpaceX. Una vez ahí, será liberado en órbita a unos 400 kilómetros sobre la Tierra.
El objetivo del satélite, que tiene el tamaño de una palma de la mano, es demostrar el potencial de este material en el espacio. "Con madera, un material que podemos producir nosotros mismos, podremos construir casas, vivir y trabajar en el espacio para siempre", afirmó Takao Doi, un astronauta que voló en el transbordador espacial y estudia las actividades espaciales humanas en la Universidad de Kioto.
Certificado por la NASA, el plan del equipo de Doi es demostrar que la madera es un material de calidad espacial. De acuerdo con los investigadores, la madera es más duradera en el espacio que en la Tierra porque no hay agua ni oxígeno que la pudran o la inflamen. Además, un satélite de madera puede minimizar el impacto ambiental al finalizar su vida útil.
Mientras que los satélites convencionales de metal deben reingresar a la Tierra luego de quedar fuera de servicio para no convertirse en desechos espaciales, generando partículas de óxido de aluminio durante el reingreso, los satélites de madera se quemarían y generarían menos contaminación. "Si podemos demostrar que nuestro primer satélite de madera funciona, queremos presentárselo a SpaceX de Elon Musk", afirmó Doi.
Para la fabricación de estos satélites, los investigadores optaron por el honoki, una especie de árbol de magnolia originario de Japón y tradicionalmente utilizado para vainas de espadas. Luego de experimentar durante 10 meses a bordo de la Estación Espacial Internacional, descubrieron que es el más adecuado para las naves espaciales. Cabe resaltar que el LignoSat hecho de honoki utiliza una técnica artesanal japonesa que no requiere tornillos ni pegamento.
LignoSat permanecerá en órbita durante seis meses y los componentes electrónicos a bordo medirán cómo la madera soporta el ambiente extremo del espacio, donde las temperaturas fluctúan de -100 a 200 grados cada 45 minutos mientras orbita desde la oscuridad espacial hasta la plena luz del sol. Además, se medirá la capacidad de la madera para reducir el impacto de la radiación espacial en los semiconductores.
"Puede parecer anticuado, pero la madera es en realidad una tecnología de vanguardia en un momento en que la civilización se dirige a la Luna y Marte", afirmó Kenji Kariya, gerente del Instituto de Investigación Sumitomo Forestry Tsukuba. "La expansión al espacio podría revitalizar la industria maderera", agregó.
En un contexto donde megaconstelaciones como Starlink, de SpaceX, superan los 6.500 satélites activos, minimizar los residuos espaciales se convirtió en una prioridad para preservar el medioambiente. LignoSat pretende no solo probar la resistencia de la madera en las duras condiciones del espacio, sino también su capacidad para proteger componentes electrónicos de la radiación cósmica, rivalizando o incluso superando al aluminio en este aspecto. Según Takao Doi, este desarrollo abre la puerta a futuros usos de la madera en la construcción de estructuras habitables y sostenibles en la Luna, Marte y otros cuerpos celestes, impulsando una exploración espacial más responsable y respetuosa con el medioambiente.
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