Foto: Sergio F Cara (NotiPress/Composición)
En un esfuerzo por reducir significativamente su huella de carbono, el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) ha implementado un curso dirigido a identificar y evaluar tecnologías emergentes que ayuden a descarbonizar su campus para 2050. Esta iniciativa está comprometida con la sostenibilidad.
Así, el curso, denominado "Tecnología de Construcción – Vías de Reducción de Carbono para el Campus del MIT", reunió a estudiantes de pregrado y posgrado para explorar diversas tecnologías de bajas y cero emisiones de carbono. El objetivo principal del curso fue elaborar un plan detallado para que el MIT alcance sus metas de descarbonización. La clase concluyó con un informe final y presentaciones de los estudiantes ante miembros del núcleo climático del MIT el 9 de mayo.
Morgan Johnson Quamina, un estudiante, explicó: "La misión de la clase es elaborar un documento coherente que describa cómo el MIT puede alcanzar su objetivo de descarbonización para 2050. Estamos evaluando cómo el MIT puede alcanzar estos objetivos a tiempo, qué tipo de tecnologías pueden ayudar y con qué rapidez y agresividad tendremos que actuar".
Dirigido por el profesor de arquitectura Christoph Reinhart, el curso incluyó presentaciones de otros profesores sobre tecnologías como reactores nucleares avanzados, energía geotérmica profunda y captura de carbono. Estas sesiones permitieron a los estudiantes comprender la madurez técnica, los costos y la viabilidad de implementación de cada tecnología.
"Estamos tratando de unir estas tecnologías para ver cómo se vería realmente este proceso de descarbonización en nuestro campus", afirmó Reinhart.
Emile Germonpre, estudiante de maestría en el departamento de ciencia e ingeniería nuclear, comentó: "Me encanta que este trabajo pueda tener un impacto en el mundo real. La gente no piensa en las calificaciones ni en la carga de trabajo; todos están intrínsecamente motivados para ayudar a resolver este problema".
Además de las presentaciones y análisis, los estudiantes desarrollaron un modelo que visualiza el impacto de cada intervención tecnológica en las emisiones del campus. Esta herramienta permite seleccionar diferentes intervenciones para observar cómo afectan las trayectorias de las emisiones.
El curso culminó con varias recomendaciones clave, entre ellas la formación de un equipo de energía de edificios para auditar y modernizar todos los edificios del campus, y la realización de un estudio de viabilidad geológica para el aprovechamiento del calor subterráneo. Estas recomendaciones fueron presentadas al núcleo climático del MIT y se espera que influyan en las futuras decisiones de sostenibilidad del instituto.
Los hallazgos y las herramientas desarrolladas por los estudiantes no solo benefician al MIT, sino que también tienen el potencial de ser aplicados en otras organizaciones alrededor del mundo, alineándose con el plan climático de 2015 del MIT que se comprometió a utilizar su comunidad como "banco de pruebas para el cambio".
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