Foto: Wiki Commons
Un nuevo estudio detalla el descubrimiento de un nuevo tardígrado u oso de agua capaz de sobrevivir a dosis letales de radiación ultravioleta (UV). El espécimen fue nombrado Paramacrobiotus sp. BLR, y es cepa del género Paramacrobiotus, perteneciente a la clase eutardigrada, la más grande del filo Tardigrada. Los tardígrados son organismos extremófilos (resistentes a condiciones extremas) capaces de sobrevivir en el vacío del espacio, de soportar muy altas de casi 6 mil atmósferas; temperaturas de hasta -200 grados celsius y hasta los 150 grados celsius; a la deshidratación prolongada (hasta 10 años) y a la radiación ionizante.
Según la investigación publicada en la revista científica Biology Letters, el 14 de octubre de 2020, el grupo de investigadores autores del estudio aisló Paramacrobiotus BLR de una muestra de musgo proveniente de un muro de hormigón, en Bengaluru, India, y los sometió a radiación UV, en experimentos posteriores, con una lámpara germicida, usadas comúnmente con fines de esterilización para eliminar bacterias y virus. Los científicos observaron que en vez de morir, los Paramacrobiotus BLR brillaban, con una forma de fluorescencia natural conocida como autofluorescencia. Esta característica también es observable en otros animales, como loros, camaleones y ranas, aunque aún se desconoce su propósito.
No obstante, además de brillar en la oscuridad, los Paramacrobiotus BLR resistieron en su mayoría la radiación UV hasta una hora. Por otro lado, otra especie de tardígrados, Hypsibius exemplaris, utilizada como especie de control durante el experimento, y algunos gusanos incluidos en las pruebas, no resistieron la radiación. De acuerdo a los investigadores, la fluorescencia fue la que permitió a los Paramacrobiotus BLR resistir a la radiación.
En un experimento subsecuente el equipo extrajo el químico acuoso fluorescente de los Paramacrobiotus BLR y cubrió a los Hypsibius exemplaris en él. Con este extracto, los Hypsibius exemplaris obtuvieron una mayor tolerancia a la radiación UV. Los investigadores especulan que los Paramacrobiotus BLR pudieron haber desarrollado este mecanismo de fluorescencia para contrarrestar la alta radiación ultravioleta del sur tropical de India, donde el la radiación UV puede alcanzar el índice 10.
Parte de la resistencia de los tardígrados a las condiciones extremas se debe a una proteína propia de estos organismos, conocida como Dsup (del inglés damage suppressor, supresor de daños) la cual protege de daños el ADN de los tardígrados. En un estudio publicado el pasado 7 de agosto, investigadores detallaron un estudio donde modelaron por computadora dos de estas proteinas Dsup y ADN.
El modelado de todos los átomos de la proteína y todas sus interacciones electrostáticas muestra que la proteína está intrínsecamente desordenada y es muy flexible, y parece ser capaz de ajustar su estructura para adaptarse con precisión a la forma del ADN. Investigaciones de este tipo, para comprender los mecanismos de supervivencia de los tardígrados, podrían ayudar a la estabilización de productos farmacéuticos y la ingeniería de plantas de cultivo tolerantes al estrés, así como el tratamiento del cáncer.
Pese a su famosa resistencia, según un estudio publicado en la revista Scientific Reports en enero de 2020, exponer a los tardígrados de agua dulce Ramazzottius varieornatus a una temperatura de 37.1 grados celsius durante 48 horas fue suficiente para matar al 50% de la muestra utilizada para el experimento.
Sin embargo, con este nuevo descubrimiento de la resistencia a los rayos ultravioleta de los tardígrados Paramacrobiotus BLR, estos organismos vuelven a fascinar a la comunidad científica por su capacidad de sobrevivir a condiciones extremas a las que muchos otras especies de la Tierra no sobrevivirían.
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