Ciudad de México,
Martín Olivera
Crédito foto: NASA/Johns Hopkins APL/Steve Gribben
Este 24 de diciembre marca un momento trascendental en la historia de la exploración espacial. La sonda solar Parker, de la NASA, alcanzará la distancia más cercana al Sol que jamás haya logrado un objeto construido por el ser humano. A tan solo 6,200,000 kilómetros de la superficie solar, esta hazaña pone a la humanidad en una posición sin precedentes para estudiar al astro rey y sus fenómenos.
Fue lanzada el 12 de agosto de 2018 con un objetivo ambicioso: acercarse más al Sol que cualquier otra misión anterior. Su diseño y tecnología permitieron que durante los últimos cinco años realice órbitas progresivamente más cercanas al astro. A diferencia de los planetas los cuales mantienen trayectorias circulares alrededor del Sol, Parker sigue una órbita elíptica llevándola desde la órbita de Venus hasta una proximidad extrema con el Sol.
Cada vez que la sonda pasa cerca de Venus, utiliza su gravedad para ajustar su trayectoria y reducir la distancia respecto al astro, logrando en esta ocasión romper su propio récord. Según los datos de la NASA, alcanzará una velocidad máxima de 692,000 kilómetros por hora durante este acercamiento, consolidándose también como el objeto más rápido fabricado por el ser humano.
La misión principal de la sonda Parker es estudiar la corona solar, la capa exterior de la atmósfera del Sol, siendo visible durante los eclipses solares y donde se originan algunos de los fenómenos más potentes del sistema solar. Entre estos se encuentran las eyecciones de masa coronal y las llamaradas solares, eventos que tienen el potencial de impactar las telecomunicaciones, la tecnología y las redes eléctricas en la Tierra.
Además, la misión busca comprender el comportamiento del viento solar, un flujo constante de partículas cargadas que emana del Sol e influye en todo el sistema solar. La NASA declaró: "Parker está recogiendo mediciones e imágenes para ampliar nuestros conocimientos sobre el origen y la evolución del viento solar, y contribuye decisivamente a la previsión de los cambios en el entorno espacial que afectan a la vida y la tecnología en la Tierra".
Ocurre en un momento crucial este suceso, con el Sol atravesando actualmente un periodo de máxima actividad en su ciclo de 11 años, lo cual hace que los fenómenos solares sean más frecuentes e intensos. Los científicos consideran que los datos recopilados por Parker durante estos años serán esenciales para comprender cómo se generan y evolucionan estos eventos.
El acercamiento del 24 de diciembre es apenas uno de los varios pasos planeados en la misión de la sonda Parker. Está programado que se realicen al menos dos aproximaciones más para 2025, permitiendo a los científicos obtener información aún más detallada sobre los procesos los cuales tienen lugar en la corona solar y su impacto en el sistema solar.
La cercanía sin precedentes al Sol representa un desafío técnico importante. La Parker fue equipada con un escudo térmico de carbono compuesto de 11.5 centímetros de grosor, capaz de soportar temperaturas superiores a los 1,400 grados Celsius. Este escudo protege los instrumentos de la nave, recopilando datos críticos sin interrupciones.
"La sonda se enfrenta a un calor y una radiación brutales para proporcionar a la humanidad observaciones sin precedentes", explicó la NASA. Estas observaciones no solo ayudan a entender el comportamiento del Sol, también son fundamentales para anticipar los efectos del clima espacial en la Tierra.