Ciudad de México,
Ali Figueroa
Crédito foto: Cortesía de FEMEXPALMA
De acuerdo con especialistas del sector agroindustrial, la sostenibilidad agrícola y zero waste (cero desperdicios en español) son acciones necesarias para cumplir las metas de desarrollo sostenible establecidas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Un estudio realizado por BBVA informó, 20% de las emisiones de gases de efecto invernadero y 70% del consumo de agua provienen del uso de tierras de cultivo para la agricultura. Además, hasta un tercio de la producción del sector se desperdicia, pese al panorama actual del rendimiento de cultivos. Por ello, uno de los objetivos centrales de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de la ONU involucra mejorar tanto su sostenibilidad como productividad, principalmente ante la crisis de seguridad alimentaria citada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
El Sistema de Observación de la Tierra de la NASA informó, la sostenibilidad agrícola se caracteriza por ser un sistema de producción agrícola que conserva recursos, es ambientalmente sano, y viable económicamente. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el indicador de la práctica de agricultura sostenible trabaja principalmente con el uso del suelo de cultivo y la disponibilidad de alimentos. Si bien en los 30 años más recientes se han enfocado en los factores ambientales de la agricultura sostenible, actualmente consideran también los sociales y económicos, donde se enfocan en agricultores y productores. Por tal motivo, nuevas consideraciones se toman en los estudios, tales como rentabilidad, financiamientos y resiliencia; e involucra de manera paralela temas de reducción de desperdicios, agregó la FAO.
Por su parte, el Índice de Sostenibilidad de Alimentos (FSI), realizado bajo la supervisión del grupo G20, clasifica la sostenibilidad general en tres categorías: desperdicio de alimentos, agricultura sostenible, y retos nutricionales. Mismas que se miden en escala de 0 a 100 para determinar el desempeño de los países, donde Canadá tiene la calificación más alta con 74 puntos. En el caso de México, el FSI lo calificó con 55 puntos en julio de 2021; divididos en 44 puntos para desperdicio de alimentos, 62 agricultura sostenible, y 59 retos nutricionales.
Con respecto a los subgrupos que conforman la calificación, México destacó en los de sostenibilidad agrícola, donde la gestión del agua sumó 100 puntos. Asimismo, en impacto de biocombustibles registró 99, y el impacto en la agricultura sobre los suelos 63. No obstante, en materia de resiliencia de los sistemas agrícolas y acceso a financiamientos cerró en 48 y 33 puntos, respectivamente. En políticas públicas sobre el desperdicio de alimentos cerró con la calificación más baja entre los 20 territorios que forman parte del G20, equivalente a 37 puntos.
Frente al indicador del desperdicio de alimentos surgen iniciativas como zero waste, también conocida como basura cero por algunas organizaciones. Según la alianza GAIA, especializada en reducir el uso de sustancias tóxicas y los métodos de incineración de desecho, y la Alianza Internacional Basura Cero, zero waste es "la conservación de los recursos a través de la producción y consumo responsable, la reutilización y recuperación de todos los productos, envases y materiales sin incinerarlos ni generar emisiones al suelo, agua o aire que suponga una amenaza para el ambiente o la salud humana".
En una entrevista para NotiPress, la Federación Mexicana de Palma de Aceite (FEMEXPALMA) indicó, la sostenibilidad agrícola y zero waste coinciden de manera importante. Dentro de la industria palmera el agua para el proceso de extracción de aceite de palma se trata y reutiliza, por ejemplo. Asimismo, el sedimento resultante se usa como abono para cultivos, dada su concentración de materia orgánica rica para el suelo. Otro ejemplo de zero waste en esta industria incluye la semilla del fruto, usada como composta o alimento para los animales. "Si bien la filosofía de cero residuos es más reciente que la sostenibilidad agrícola, existe una cultura en empresas del sector que ya la tiene integrada", agregó la Federación.
Ante la importancia de la relación que existe entre la sostenibilidad agrícola y cultura zero waste, la tecnología se ha vuelto una aliada importante para el sector, sobre todo en materia de productividad. José Luis Pérez Vázquez Aldana, presidente ejecutivo de FEMEXPALMA, opinó para NotiPress, "la mejor forma de incidir en una mejora de la productividad en la agricultura, sin dejar de lado la sostenibilidad y cuidado del medio ambiente, es vinculando y aplicando la ciencia y los avances tecnológicos en los cultivos". Según el directivo, la tecnología para optimizar sus operaciones y lograr tal objetivo tiene dos vías principales, ejemplificados desde las prácticas en el aceite palmero. La primera consiste en software para la captura y análisis de datos relacionados con la producción, clima, plagas, entre otros. Mientras la segunda vía se basa en herramientas geoespaciales orientadas a monitorear el desarrollo de las plantaciones y variables ambientales como el estado del suelo.
Según la FAO, la sostenibilidad agrícola es tan importante para reducir las emisiones del sector, como para mitigar la crisis alimentaria que ha provocado hambre en todo el mundo. La Agenda 2030 clasifica este criterio dentro del punto número 2, titulado hambre cero, que abarca desde las condiciones de cultivo y productores, hasta la conservación de recursos y eliminación de desechos. En ese sentido, la participación de la cultura zero waste complementa la actividad agroindustrial y elimina tanto el exceso de basura como el alimento desperdiciado, agregaron especialistas de GAIA.