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Actualmente, cuando se menciona el uso del agua, la mayoría de las personas piensa en el consumo doméstico, como el agua potable o el uso en la regadera. De acuerdo con Ecolab, América Latina es la región más preocupada por temas hídricos, pues 90% de los encuestados considera el agua limpia y segura, y el acceso a ella como prioridades. Además, creen que la situación del agua en la región es una situación que requiere atención inmediata y la responsabilidad de su conservación recae principalmente en el gobierno y las empresas.
Sin embargo, aproximadamente el 70% del agua que se utiliza se destina a los cultivos agrícolas, porcentaje que puede alcanzar hasta el 90% en los países de bajos ingresos. Esto deja poco margen para otros usos y plantea un desafío significativo.
En muchos lugares, los agricultores son incentivados a usar tanta agua como sea posible para asegurar una buena cosecha, incluso si esto significa emplearla de manera excesiva.
Los gobiernos quieren producir sus propios alimentos, no quieren que el agua sea cara", indicó Jairo Trad, cofundador y director ejecutivo de Kilimo, en una entrevista con TechCrunch consultada por NotiPress.
No obstante, si los agricultores no riegan lo suficiente, corren el riesgo de perder su producción, dinero y alimentos, creando un desequilibrio en el riesgo. La disponibilidad de riego económico ha convertido muchas regiones en importantes zonas agrícolas, pero esto también ha limitado la disponibilidad de agua para otros usos. Para las empresas, la escasez de agua puede representar una gran amenaza crítica. "Si tienes una planta embotelladora de 200 millones de dólares y no tienes agua la próxima semana, hay mucho dinero en riesgo", explicó Trad y agregó: "Por eso comenzamos a hablar con la gente y a tratar de asignarle un valor al agua".
Kilimo desarrolló una herramienta de gestión de riesgos basada en la toma de aproximadamente 100 mil muestras de suelo de 45 tipos diferentes de cultivos. La misma proporciona información de varios países, principalmente en América del Sur, y las muestras se utilizan para correlacionar la humedad del suelo con imágenes satelitales de campos agrícolas, facilitando su adquisición.
Según Trad, es crucial estar cerca del suelo para comprender cómo se comporta en cada país. Con esta información, Kilimo monitorea de forma remota los campos y asesora a los agricultores sobre el uso eficiente del agua.
Consecuentemente, la empresa cobra una tarifa por este servicio y, si los agricultores reducen el consumo de agua, Kilimo vende el excedente a otras empresas y comparte las ganancias con los agricultores. Al final, se puede ganar entre un 20% y un 40% más de lo que pagaron a la compañía. La verificación de estos ahorros se realiza mediante estándares de Contabilidad Volumétrica de Beneficios del Agua.
Aunque la compañía lleva operando aproximadamente una década, ahora busca expandirse debido a la creciente preocupación por la escasez de agua entre los ejecutivos. Actualmente, la startup opera en toda Sudamérica, incluyendo Argentina, donde tiene su sede, y México. Su siguiente objetivo es el suroeste de Estados Unidos y Europa.
Para impulsar su expansión, Kilimo obtuvo recientemente 7 millones 500 mil dólares en una Serie A, liderada por Emerald Technology Ventures, con la participación de iThink VC, Kamay Ventures, Salkantay Ventures y The Yield Lab Latam, según informó a TechCrunch.
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