Foto: Sergio F Cara (NotiPress)
La reciente detención de Pavel Durov, CEO de Telegram, sacó a la luz las serias preocupaciones sobre la seguridad y moderación de la plataforma. Durov ha sido acusado en Francia de permitir que su aplicación sea un refugio para actividades ilícitas como el tráfico de drogas, el fraude y la propagación de material de abuso sexual infantil. Las deficiencias en la moderación de Telegram, la llevaron a ser calificada por algunos expertos como "la web oscura en tu bolsillo".
Un reportero de la BBC relató su experiencia en la aplicación donde, sin su consentimiento, fue agregado a varios canales. En los distintos chats se ofrecían drogas, servicios de hackers, y tarjetas de crédito robadas. En cuestión de meses, fue añadido a 82 grupos diferentes. Este reportaje evidencia la facilidad con la cual los delincuentes pueden utilizar la plataforma para actividades ilegales sin enfrentar consecuencias inmediatas. El testimonio busca ilustrar cómo Telegram es un entorno fértil para la criminalidad debido a su enfoque laxo en la moderación y el control.
A pesar de que Telegram afirma haber tomado medidas, eliminando 45,000 grupos ilegales en agosto de 2023, varias críticas argumentan sobre la continuidad en la seguridad y confianza de la plataforma para criminales. Patrick Gray, un reconocido podcaster de ciberseguridad, describió a Telegram como un lugar donde "el nivel de criminalidad es similar al de la dark web". Telegram también ha sido señalada por su falta de cooperación con las fuerzas del orden, dificultando la persecución de delitos graves ocurridos en la plataforma.
Sin embargo, la detención de Durov plantea preocupaciones más allá de la moderación y sus consecuencias en la criminalidad. Según Access Now, una organización defensora de los derechos digitales, este arresto podría ser un precedente peligroso que amenace la libertad de expresión. La organización advierte que la detención de personal de plataformas digitales podría resultar en una censura excesiva y en la restricción de los espacios cívicos, especialmente si no se alinea con principios claros de derechos humanos.
El caso de Durov y Telegram también ha suscitado reacciones entre otros defensores de la libertad de expresión. Elon Musk, propietario de X (anteriormente Twitter), condenó el arresto como un ataque a este principio. El caso exhibe una preocupación compartida por el equilibrio entre la regulación del contenido y la protección de los derechos fundamentales en la era digital.
DESCARGA LA NOTA SÍGUENOS EN GOOGLE NEWS