Ciudad de México,
Jorge Cerino
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La temperatura del mar abisal fluctúa más de lo creído con anterioridad y la tendencia de calentamiento oceánico es ahora detectable también al fondo del mar, revela un nuevo estudio publicado en la revista Geophysical Research Letters. Según los investigadores, el análisis de una década de registros de temperatura por hora a cuatro profundidades en el Océano Atlántico, frente a la costa de Uruguay, arrojó que existe, entre 2009 y 2019, una tendencia de calentamiento de 0.02 a 0.04 grados Celsius, la cual resulta un aumento significativo en el mar abisal, donde los cambios de temperatura suelen darse en milésimas de grado.
Estas mediciones se realizaron en un rango alrededor de la profundidad media del océano de 3.682 kilómetros, siendo la más superficial a 1.36 kilómetros y la más profunda a 4.757 kilómetros. Investigaciones actuales suelen monitorear con frecuencia los océanos en sus primeros dos kilómetros de profundidad, siendo el mar abisal poco monitoreado por su dificultad de acceso y lo costoso de realizar estudios a esa profundidad. No obstante, el equipo responsable del estudio, parte de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos, llevaba a cabo uno de los pocos estudios a largo plazo en el mar abisal cuando descubrieron que el equipo utilizado en su investigación para medir las corrientes a esas profundidades, contaba también con un registro de temperatura.
Al analizar estos registros, descubrieron que en las dos profundidades más cercanas a la superficie (1.36 y 3.535 metros) se registró una variación mensual de hasta un grado Celsius, aproximadamente. Por otro lado, a profundidades más allá de los 4.5 metros los cambios de temperatura fueron menores, aunque exhibieron un patrón anual, indicando un impacto medible de las estaciones muy por debajo de la superficie del océano. La temperatura media en las cuatro profundidades aumentó a lo largo de la década, pero el incremento de aproximadamente 0.02 grados Celsius por década resulta estadísticamente significativo al hablar de profundidades de más de 4.5 metros.
De acuerdo a los investigadores, estos hallazgos demuestran la importancia de medir la temperatura del mar abisal al menos anualmente, con el fin de considerar dichas fluctuaciones en la detección de tendencias significativas a largo plazo.
Predicciones de este año advierten que de continuar las emisiones de gases de efecto invernadero a un ritmo acelerado, las capas de hielo de Groenlandia y la Antártida podrían contribuir juntas con más de 38 centímetros de aumento global del nivel del mar para 2100. Otro estudio publicado en The Cryosphere, en agosto, sobre el estado actual de las capas de hielo alrededor del mundo, estima en 28 toneladas la cantidad de hielo pérdida entre 1994 y 2017.
El aumento en las temperaturas globales y el consecuente incremento en las temperaturas de los océanos podrían acelerar esta tendencia de deshielo, por lo que expertos señalan la importancia de realizar más estudios con la finalidad de contar con una mejor comprensión de los cambios en la temperatura marina, incluida la temperatura del mar abisal, a fin de contar con mejores predicciones de las fluctuaciones de temperatura en la atmósfera.