Ciudad de México,
Martín Olivera
Crédito foto: Sergio F Cara (NotiPress/Composición)
En contextos donde la obesidad afecta a la mayoría de la población adulta, como ocurre en México y Estados Unidos, se comenzaron a aplicar alternativas médicas menos invasivas que prometen resultados comparables a la cirugía tradicional. El Hospital Houston Methodist implementó un tratamiento que integra medicamentos de última generación y procedimientos endoscópicos. El objetivo es reducir el peso corporal de manera efectiva y sin modificar permanentemente la anatomía del paciente.
A cargo del proyecto se encuentra el Dr. Thomas McCarty, gastroenterólogo y médico especializado en el tratamiento de la obesidad. El especialista explicó: "Con la irrupción de los medicamentos GLP-1 y otras opciones terapéuticas en los últimos años, reconocimos la necesidad de un enfoque más integral y coordinado". Según le informaron a NotiPress, este enfoque busca suplir las limitaciones de los modelos tradicionales, donde cirujanos o médicos generales no siempre logran una coordinación adecuada del tratamiento.
Uno de los pilares del programa es el uso de medicamentos GLP-1, como semaglutida y tirzepatida, que se administran antes de realizar la intervención endoscópica. "Generalmente comenzamos con los medicamentos GLP-1 unos cuatro meses antes de los procedimientos endoscópicos, lo que resulta en una pérdida de peso sostenible", afirmó McCarty. Esta combinación permite obtener resultados similares a los del bypass gástrico, procedimiento considerado por años como el estándar más efectivo.
Los pacientes tratados con esta estrategia alcanzaron reducciones de hasta 29% en su peso corporal total, de acuerdo con datos proporcionados por el hospital. El procedimiento endoscópico empleado, denominado gastroplastia endoscópica en manga (ESG), remodela el estómago desde el interior sin necesidad de cortes externos. "La ESG es un procedimiento ambulatorio, sin incisiones, que reduce de forma considerable el riesgo y el tiempo de recuperación", indicó el especialista.
Esta técnica representa una opción viable para personas que no califican para cirugía bariátrica o prefieren alternativas menos invasivas. El hospital señaló que solo cerca del 1% de los pacientes elegibles accede a una cirugía bariátrica tradicional, debido a barreras económicas, riesgos quirúrgicos o resistencia a modificar la anatomía del aparato digestivo de forma permanente.
A pesar de su efectividad, el uso exclusivo de medicamentos GLP-1 presenta limitaciones. Estudios citados por el equipo médico advierten que, tras suspender las inyecciones, los pacientes suelen recuperar hasta dos tercios del peso perdido en un periodo de 12 meses. "Nuestro enfoque combinado ofrece una solución más accesible y sostenible frente a estos retos", destacó McCarty en su declaración institucional.
El tratamiento también fue útil en casos clínicos complejos, como pacientes con obesidad extrema que requieren ser evaluados para un trasplante. En uno de estos casos, reportado por el hospital, el uso combinado de ESG y fármacos permitió a una paciente alcanzar el índice de masa corporal necesario para recibir un trasplante que le salvó la vida.
"Al ayudar a los pacientes a lograr una reducción de peso previa a la cirugía, disminuimos de forma significativa los riesgos quirúrgicos y mejoramos los resultados postoperatorios", concluyó McCarty.