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Con el ritmo actual de la vida, el estrés suele ser una respuesta común a distintos estímulos ambientales –la fecha para la entrega de un proyecto, por ejemplo– y psicológicos o sociales –la preocupación de perder el trabajo–. Debido a sus consecuencias en la salud, es importante conocer cómo afecta el estrés al cuerpo, en particular al cerebro, así como qué herramientas existen para hacerle frente, en particular en el mundo post coronavirus, con una prevalencia del estrés en la población general del 29.6%, debido a la pandemia de Covid-19, según reporta un estudio publicado en la revista Global Health.
El estrés desata en el cuerpo una reacción de supervivencia desarrollada por evolución. Ésta ayuda a las personas y a otros mamíferos a reaccionar rápidamente a situaciones de peligro. Sin embargo, el estrés también puede presentarse como una reacción exagerada a situaciones cotidianas, como es el caso de las presiones laborales, problemas familiares o, incluso embotellamientos viales. Con los años, la comunidad médica ha profundizado en por qué sucede esto y en las consecuencias a largo plazo del estrés crónico, es decir, aquel que continúa por semanas o meses.
Según un estudio de 2015 publicado en The Journal of Endocrinology, al aumentar el cortisol, hormona del estrés, pueden alterarse genes que afectan al sistema inmune e incluso a la neuroplasticidad, como se le conoce a la capacidad de adaptación del cerebro a situaciones nuevas. Al reducir la neuroplasticidad, el estrés puede afectar cómo las personas se enfrentan a los problemas.
Cuando ocurre durante la vida temprana, el estrés se asocia con una inflamación manifiesta previa al desarrollo de trastornos neuropsiquiátricos, entre ellos la depresión, estrés postraumático y la ansiedad, asegura un estudio publicado en la revista Annals of the New York Academy of Sciences. Por su relación con la neuroplasticidad y las alteraciones inflamatorias, el estrés también es señalado como factor en el curso y progresión de padecimientos neurodegenerativos, como la enfermedad de Alzheimer, según un estudio del departamento de psiquiatría y ciencias del comportamiento, de la Facultad de Medicina Feinberg, de la Universidad Northwestern.
Para lidiar con el estrés mientras la humanidad se enfrenta a la pandemia de coronavirus y su nueva normalidad, la Organización Mundial de la Salud recomienda llevar una vida sana, con una buena alimentación y hábitos de sueño, así como mantener contacto social a la distancia a través del teléfono y otros medios de comunicación; no recurrir al tabaco, al alcohol o a otras drogas para lidiar con las emociones y buscar ayuda de un trabajador de la salud, de ser necesario; informarse con base en hechos a fin de precisar el nivel de riesgo que se padece y tomar las medidas necesarias en consecuencia; limitar el nivel de preocupación y nerviosismo al disminuir la exposición a noticias o medios de comunicación si causan malestar, así como recurrir a experiencias pasadas, las cuales hayan permitido, en otras ocasiones, sobreponerse a las adversidades.
Estas medidas para enfrentarse al estrés, junto a un entendimiento de las consecuencias que tiene en el cerebro, son de vital importancia en la nueva normalidad de la Covid-19, mientras expertos en salud pronostican un aumento en los casos de depresión, estrés y ansiedad, como consecuencia de la pandemia, y llaman a los gobiernos a intervenir apropiadamente para atender la situación.
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