Cómo el sobrepeso afecta la columna lumbar

 24-11-2019
Patricia Manero
   
Foto: Pixabay

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De acuerdo con datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el 73 por ciento de la población adulta en México padece sobrepeso u obesidad. Asimismo, estos padecimientos se han convertido en una problemática creciente que se encuentra en todos los sectores de la población: zonas ricas, pobres, rurales y urbanas del territorio mexicano.

Según la dra. Teresa Shamah Levy, directora adjunta del Centro de Investigación en Evaluación y Encuestas (CIEE) DEL Instituto Nacional de la Salud Pública (INSP), entre 2012 y 2016 el sobrepeso y obesidad crecieron 10 puntos porcentuales en mujeres adolescentes de zonas rurales, representando alrededor del 40 por ciento del total de ellas.

Igualmente, el sobrepeso y la obesidad pueden traer consigo riesgos a la salud tales como glucosa alta en la sangre o diabetes, presión arterial alta o hipertensión, niveles altos de colesterol y triglicéridos en la sangre, ataques cardíacos a consecuencia de enfermedad cardíaca coronaria, insuficiencia cardíaca y accidente cerebrovascular, problemas óseos y articulares evolucionados en osteoartritis o afectaciones en la columna lumbar, apnea de sueño, cálculos biliares, problemas en el hígado, así como algunos tipos de cáncer.

El dolor de espalda baja afecta a 80 de cada 100 personas y es más común en aquellas con obesidad o sobrepeso. En este sentido, la obesidad y el dolor lumbar crónico progresivo tienen una relación intrínseca ya que cuanto más peso soporte la columna, mayor será la presión que debe soportar y esto origina el dolor. Según la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), el 30 por ciento de las personas con lumbalgia necesitan incapacidad.

Aunado a lo anterior, el padecimiento empeora al tener una mala higiene de columna, por ejemplo, malas posturas al agacharse y sentarse, hiperextensión, levantar cosas pesadas; la mala higiene de columna se refleja también en las actividades diarias desde tender la cama hasta acostarse para dormir. Asimismo, el estrés, sedentarismo, nula actividad física y la mala alimentación también pueden afectar gravemente la columna.

Para prevenir el dolor lumbar es necesario seguir algunas recomendaciones tales como llevar una dieta balanceada, hacer ejercicio al menos 30 minutos al día, no cargar objetos pesados, llevar una buena higiene de columna al evitar malas posturas al estar de pie o sentado, evitar agacharse solo por la cintura y bajar las caderas y doblar las rodillas.

Si ya se padece lumbalgia, existen tratamientos y remedios en función de mejorar la calidad de vida de los pacientes, por ejemplo, masajes, quiropraxia, acupuntura y medicinas inyectadas. No obstante, especialistas han opinado negativamente de estas últimas por ser un método invasivo. En cuanto a métodos poco invasivos, se encuentran las mesas de tracción y tablas de inversión como los sencillos aparatos tipo Cordus-Sacrus, los cuales utilizan el método de la autogravitación.

Finalmente, el yoga y ejercicios de respiración también podrían ayudar a destensar la columna y, por lo tanto, aliviar el dolor. Es necesario consular a un médico especialista en función de encontrar el origen del dolor, así como recomendar un tratamiento adecuando para aliviar el dolor lumbar y evitar más daños.




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