Foto: MedicAlert UK en Unsplash
Importante mencionar, la hipoglucemia es una condición que sucede cuando el nivel de glucosa en sangre es bajo, es decir, por debajo de 65 miligramos por decilitro. Para los niños y adolescentes con diabetes tipo 1 en edad escolar, los episodios de hipoglucemia e hiperglucemia son un riesgo latente al que se enfrentan todos los días.
Entre los síntomas de este padecimiento se encuentra la sensación de hambre, dolor de cabeza, sudoración fría, cambio de carácter, temblores y dolor abdominal. En casos más extremos y poco comunes puede haber dificultad en el habla, visión borrosa, adormecimiento y mareos. Si el descenso de glucemia es muy pronunciado, puede llevar a la alteración de la conciencia, convulsiones e incluso caer en coma.
De acuerdo con lo compartido por expertos de la Fundación para la Diabetes Novo Nordisk para NotiPress, se puede llegar a la hipoglucemia por poner una dosis excesiva de insulina, o haber hecho demasiado ejercicio y no tomar el alimento adecuado a la hora pautada. En caso de hipoglucemia sin alteración de la conciencia, se debe suministrar vía oral de 10 a 15 gramos de hidratos de carbono sencillos y de absorción rápida como la miel, azúcar, jugo de frutas o refrescos.
Posteriormente, se deberá esperar 15 minutos y medir los niveles de glucemia, si esta no se ha normalizado, habrá que volver a dar el mismo tipo de hidratos de carbono. Para evitar que la hipoglucemia se repita, se deberán proporcionar 10 gramos de hidratos de carbono de absorción más prolongada como pan, leche entera y piezas de fruta.
"El profesor o cuidador debe ser capaz de reconocer signos de hipo e hiperglucemia y aplicar las medidas de urgencia más adecuadas. Debe tener la información por escrito, proporcionada por los padres del niño", señaló el equipo de Novo Nordisk. Asimismo puntualizaron que a un niño con esta afección no se le deberá dejar solo, ya que puede perder la conciencia.
No obstante, en casos de hipoglucemia con alteración a la conciencia no se deberán administrar alimentos, ni líquidos. Igualmente, avisar a los padres cuando se presente un episodio será esencial, además de proporcionarle a los niños una hormona llamada glucagón de forma intramuscular o subcutánea.
Las dosis serán de un cuarto de ampolla en infantes menores de dos años, media para aquellos que se encuentren entre los dos y los seis, y una entera para los de seis años de edad en adelante. Es importante mencionar, los padres deben facilitar los frascos de glucagón a la escuela, donde algún adulto responsable debe saber cómo administrarlo.
Por otro lado, en el caso de la hiperglucemia en menores diabéticos; donde se encuentra un exceso de azúcar en la sangre, el niño puede sentirse cansado, ver borroso, presentar dolor de cabeza, mucha sed y necesidad de orinar con frecuencia. "En estas situaciones el infante, además de necesitar beber líquidos sin hidratos de carbono, puede necesitar la administración de una dosis extra de insulina. Hay que facilitarle el acceso a los líquidos y a los baños de la escuela siempre que lo necesite", aseveraron los especialistas. Sin embargo, en casos tanto de hipoglucemia como hiperglucemia, se deberá poner en contacto con los padres de los estudiantes y con emergencias.
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