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Los pacientes que enfrentan dolor persistente en la espalda o el cuello podrían estar mostrando señales de una afección en la columna vertebral, indicaron expertos del Hospital Houston Methodist. Según la información la cual le brindaron a NotiPress, existen cinco síntomas específicos que pueden advertir la necesidad de una evaluación médica especializada.
El Dr. Einar Bogason, neurocirujano especializado en cirugía de columna en dicha institución, explicó: "un problema en la columna suele sentirse como dolor en el cuello o en la espalda, dependiendo exactamente de dónde esté ocurriendo el problema". Estos malestares se originan comúnmente por cambios degenerativos en la estructura vertebral, especialmente a medida que avanza la edad.
Dentro de las condiciones tratadas por especialistas en columna se encuentran la estenosis espinal, hernia de disco, espondilolistesis y ciática. Sin embargo, Bogason aclaró que no todo dolor es necesariamente síntoma de estas afecciones. Lesiones, distensiones musculares o mala postura también pueden provocar síntomas similares.
La primera señal de alerta es el dolor persistente durante semanas o meses. "Necesitamos asegurarnos de que no se nos esté escapando un problema relacionado con la columna", indicó el neurocirujano. Según explicó, los especialistas se enfocan en detectar signos que podrían pasar desapercibidos en consultas generales, como la compresión nerviosa o el desgaste de los discos intervertebrales.
Una segunda señal consiste en la presencia de debilidad, entumecimiento u hormigueo sin causa aparente en brazos o piernas. Bogason mencionó que "esto es especialmente cierto en el caso del cuello" y agregó que "cuando la estenosis espinal causa compresión de la médula espinal, el dolor de cuello puede ser muy sutil". En estos casos, el síntoma más evidente podría aparecer en manos o extremidades, en lugar de la zona cervical.
Otra manifestación que puede asociarse a una afección vertebral es el dolor en el cuello acompañado por molestias en brazos, manos o dedos. "Cuando los síntomas empiezan a evolucionar y el dolor ya no se limita al cuello —es decir, cuando se extiende hacia los brazos, las manos y los dedos— eso nos indica una probabilidad más alta de que haya un problema en la columna", señaló el especialista.
En cuarto lugar, los expertos apuntan al dolor de espalda que se irradia hacia las piernas. Así como el dolor cervical descendente, esta señal sugiere que el problema podría tener su origen en la columna vertebral. Según el Dr. Bogason, este tipo de cuadro clínico podría implicar tratamientos más avanzados, superando el uso de analgésicos o fisioterapia convencional.
La última señal corresponde a casos donde el tratamiento inicial no ha sido efectivo. "Siempre comenzamos con las opciones menos riesgosas —fisioterapia, analgésicos de venta libre— pero si eso no está funcionando, hay varios otros tratamientos que podemos intentar", explicó. Las alternativas incluyen desde medicamentos de prescripción e inyecciones para el dolor, hasta cirugía en situaciones más complejas.
Bogason también detalló que si existe compresión por hernias de disco o espolones óseos, la cirugía permite liberar la presión sobre los nervios. "Si se necesita una corrección extensa, al punto de tener que quitar partes de la columna necesarias para la estabilidad estructural, entonces se requiere una fusión espinal", concluyó.
En todos los casos, la evaluación por parte de un especialista en columna permite identificar con precisión la causa del malestar y determinar el tratamiento más adecuado. Esta atención médica resulta fundamental para evitar que la condición avance y genere daños permanentes.
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