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Las soluciones tradicionales para los trastornos del sueño, incluidos los medicamentos y las terapias cognitivas conductuales, en muchas ocasiones son suficientes para los pacientes que los necesitan, pero a menudo brindan un alivio insuficiente al personal militar. Los trastornos del sueño afectan al 85% del ejército, y hasta un 25% identifica el insomnio como su problema principal, lo que repercute directamente en su bienestar y rendimiento.
Para atender esta necesidad crítica, investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Arizona – Tucson, dirigidos por William "Scott" Killgore, profesor de psiquiatría y miembro del Instituto BIO5 de la universidad, recibió una subvención de $3 millones del Departamento de Defensa de Estados Unidos. Este apoyo permitirá desarrollar un tratamiento innovador y no invasivo para el insomnio crónico, empleando estimulación magnética transcraneal dirigida.
En estudios preliminares, el equipo de Killgore utilizó un dispositivo portátil que emite ráfagas de campos magnéticos en el cerebro durante menos de un minuto. La técnica, denominada estimulación continua con ráfagas theta, inhibe la red neuronal por defecto (RND), una zona cerebral asociada con pensamientos introspectivos y preocupaciones que dificultan el sueño. "Este diálogo interno, la preocupación y la rumia se ven facilitados por la activación dentro de la RND, lo que perpetúa un ciclo de inquietud", explicó Killgore. Tras una breve sesión de 40 segundos de estimulación, los participantes mostraron mejoras significativas en su capacidad para dormir, lo cual impulsa este estudio a mayor escala.
La investigación, que se llevará a cabo en tres años, incluirá a 120 voluntarios con insomnio crónico y evaluará el impacto del tratamiento a través de diez sesiones distribuidas en dos semanas. Los resultados serán monitoreados con rastreadores de sueño avanzados y dispositivos portátiles de medición de ondas cerebrales en el hogar. El objetivo es comprobar si esta intervención puede proporcionar mejoras sostenidas en el sueño, que perduren tras finalizar el tratamiento. "Esperamos perfeccionar este enfoque para lograr la máxima eficacia", destacó Killgore.
El equipo, en colaboración con asesores militares en servicio activo que también enfrentan problemas de sueño, espera que los hallazgos ofrezcan una alternativa eficaz a los tratamientos tradicionales, que incluyen medicamentos y terapia cognitivo-conductual, pero que mostró resultados insuficientes en muchos casos. Según el doctor Jordan Karp, director del Departamento de Psiquiatría, este estudio representa "una opción de tratamiento tangible y sin medicamentos para quienes luchan contra el insomnio crónico y otros trastornos del sueño".
Respaldado por el programa de investigación sobre lesiones cerebrales traumáticas y salud psicológica del Congreso, el proyecto también podría beneficiar a la población civil. La investigación tiene el potencial de abrir nuevas vías para el tratamiento del insomnio y otros problemas de salud mental en la ciencia del sueño.
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