Ciudad de México,
Francisco Vicario
Crédito foto: Sergio F Cara (NotiPress/Composición)
En una cueva del suroeste de Bolivia, antropólogos encontraron en 2008 una bolsa de cuero que perteneció a un chamán de la civilización Tiwanaku, imperio precolombino de hace más de 1.000 años. Dentro de la bolsa se encontraron herramientas y restos de sustancias psicoactivas como cocaína, psilocina —alucinógeno presente en los hongos— y los componentes base de la ayahuasca. Este descubrimiento ofrece una visión única sobre el uso ritual de drogas en sociedades antiguas.
Por su parte, el hallazgo revelado por la BBC es significativo para entender cómo las civilizaciones precolombinas utilizaban sustancias psicoactivas en su vida cotidiana y en rituales espirituales. Yuria Celidwen, experta en estudios indígenas, explicó que, a diferencia del uso moderno para tratar trastornos mentales, las comunidades indígenas consideraban estos compuestos como "medicinas espirituales". Los chamanes empleaban estas sustancias en rituales en situaciones prácticas como la búsqueda de objetos perdidos o el alivio espiritual.
Los registros históricos y arqueológicos indican que el uso de sustancias como los hongos alucinógenos y el cactus San Pedro estaba ampliamente extendido en Mesoamérica y los Andes, remontándose a miles de años. En la región mesoamericana, el uso de hongos sagrados está documentado en códices y esculturas, mientras que los cactus alucinógenos datan de hasta 14.000 años en México.
De esta manera, la investigación en curso sobre el uso antiguo de psicodélicos también despertó interés en su aplicación moderna. Los enervantes como la psilocibina y el LSD son objeto de estudio en la medicina occidental como posibles tratamientos para la depresión y la ansiedad. Sin embargo, como señala Celidwen, para muchas culturas ancestrales estos compuestos no eran simplemente terapias, sino parte integral de la vida espiritual y comunitaria.