Ciudad de México ,
Carlos Ortíz
Crédito foto: Sergio F Cara (NotiPress/Composición)
La distribución de la grasa corporal podría influir en el riesgo de padecer diferentes tipos de cáncer, de acuerdo con un estudio internacional publicado el 24 de septiembre de 2025 en la Revista del Instituto Nacional del Cáncer (JNCI) y dirigido por la Universidad de Bristol.
Los investigadores del Programa de Epidemiología Integral del Cáncer de Bristol (ICEP) analizaron la relación entre la grasa localizada en distintas partes del cuerpo y el riesgo de 12 cánceres vinculados con la obesidad, entre ellos endometrio, ovario, mama, colorrectal, páncreas, mieloma múltiple, hígado, riñón, tiroides, vesícula biliar, adenocarcinoma de esófago y meningioma. Para ello, aplicaron la técnica de aleatorización mendeliana, que utiliza variaciones genéticas y grandes bases de datos de salud para identificar patrones.
El estudio determinó que la distribución de la grasa influye de manera distinta según el tipo de cáncer. En algunos casos, la ubicación del tejido adiposo resultó más determinante que la cantidad total almacenada; en otros, ocurrió lo contrario; y en ciertos tipos de cáncer ambas variables fueron relevantes.
La autora principal, la Dra. Emma Hazelwood, explicó: "Estos hallazgos respaldan el creciente consenso de que el IMC, si bien es útil para las tendencias a nivel de población, puede ser demasiado simplista para evaluar los riesgos de salud individuales. Nuestros resultados nos indican que no existe una solución única para el cáncer, lo que significa que un enfoque más personalizado para la prevención del cáncer en personas con obesidad podría ser más eficaz".
El equipo subrayó que los hallazgos coinciden con el marco de 2024 de la Asociación Europea para el Estudio de la Obesidad y con la Comisión Lancet sobre el futuro de la obesidad, ambos críticos del uso exclusivo del índice de masa corporal como medida diagnóstica. Estos organismos enfatizan que la composición corporal y la distribución del tejido adiposo son factores de riesgo considerada en la prevención.
La investigación recomienda ampliar los estudios en poblaciones no europeas y emplear diferentes metodologías para confirmar las asociaciones detectadas. Según la Dra. Hazelwood: "Es fundamental comprender los mecanismos biológicos que sustentan estas asociaciones, en particular cómo y por qué los diferentes depósitos de grasa afectan el desarrollo del cáncer. A largo plazo, necesitamos explorar cómo los tratamientos para la obesidad, ya sean basados en el estilo de vida o en fármacos, influyen en estas vías de riesgo".
Por su parte, la Dra. Julia Panina, jefa de financiación de investigación del Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer, afirmó: "Nuestras Recomendaciones para la Prevención del Cáncer, basadas en la evidencia, destacan la importancia de mantener un peso saludable para reducir el riesgo de cáncer. Si bien esto sigue siendo esencial, la creciente evidencia científica demuestra que la composición corporal, en particular la distribución de la grasa en el cuerpo, también es un factor crucial".
El estudio sugiere que una mejor comprensión de cómo la grasa se distribuye en el cuerpo podría ayudar a identificar a las personas con mayor riesgo y orientar tratamientos personalizados contra la obesidad y la prevención del cáncer.