Ciudad de México ,
Carlos Ortíz
Crédito foto: Sergio F Cara (NotiPress)
Las enfermedades del corazón se han convertido en la principal causa de muerte en México, con un incremento del 80% en solo una década, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Mientras en 2014 se reportaron 107 mil muertes por estas afecciones, en 2024 la cifra ascendió a 192 mil, lo que revela una tendencia sostenida.
A nivel global, la situación también es crítica. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que las enfermedades cardiovasculares provocan 19.8 millones de muertes anuales, equivalente al 32% de las defunciones globales. Uno de los principales factores de riesgo es la obesidad. Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT), 7.5 de cada 10 adultos mexicanos presentan sobrepeso u obesidad, condición asociada al desarrollo de hipertensión, diabetes y colesterol alto, principales detonantes de infartos que evitan la protección del corazón.
"El sedentarismo, las dietas cargadas de ultraprocesados, tabaquismo, así como exceso de grasa abdominal son factores que agravan el panorama y vemos más obesidad, más hipertensión y más muertes por enfermedades del corazón y ya no solo en adultos, sino que a edades tempranas", afirmó a NotiPress el doctor José Antonio Castañeda, cirujano bariatra con 20 años de experiencia en tratamiento integral de la obesidad.La infancia también muestra signos de alerta. ENSANUT reporta que uno de cada tres niños mexicanos vive con exceso de peso, y que el 68.3% de los escolares entre 10 y 14 años no cumple con las recomendaciones de actividad física diaria.
La Federación Mundial del Corazón advierte que la obesidad infantil incrementa el riesgo de desarrollar hipertensión y alteraciones en el colesterol desde la adolescencia, lo que eleva la posibilidad de enfermedad cardiovascular prematura.
Para pacientes con exceso de peso y factores de riesgo cardiovascular, la prevención médica no debe postergarse. "Acudir a revisiones periódicas de salud, medirse la presión, no deberían ser acciones solo para cuando nos enfermamos, sino para monitorear nuestra salud [...] y evitar complicaciones de salud posteriores", explicó Castañeda.
En casos severos, se considera la cirugía bariátrica como una intervención efectiva. "Si logramos frenar la obesidad, reduciremos directamente los problemas cardíacos", puntualizó.
En paralelo, también se estudian alternativas complementarias bajo supervisión médica, como el uso terapéutico de cannabidiol (CBD). El médico bariatra, David Montalvo, especialista en medicina cannábica, explicó que el CBD puede disminuir el apetito y que ese efecto aparece "cuando se llevan dos semanas de su consumo". Esto permite ajustar estrategias dietéticas como la cetogénica en las primeras etapas del tratamiento.
Además de su aplicación en el control de peso, mencionó que "el CBD y los extractos de cannabis hacen maravillas para el tubo digestivo", con beneficios reportados en pacientes con colitis, gastritis o enfermedad de Crohn. En su práctica clínica, enfatizó la importancia de evaluar condiciones asociadas: "A veces vienen personas [...] para bajar de peso [...] y se descubren complicaciones metabólicas más serias".
Investigaciones citadas en Obesity Reviews y Cannabis and Cannabinoid Research respaldan el uso del CBD en la modulación del apetito, metabolismo de lípidos y reducción de inflamación gastrointestinal. Según Montalvo, la dosificación del CBD también debe ajustarse individualmente según peso, edad y padecimiento.