Ciudad de México,
Axel Olivares
Crédito foto: Sergio F Cara (NotiPress/Composición)
El síndrome postvacacional, también conocido como estrés o depresión postvacacional, describe la dificultad que algunas personas experimentan al readaptarse a sus responsabilidades laborales después de un período vacacional. Aunque no se considera una enfermedad, puede generar molestias emocionales y físicas debido al cambio brusco de rutina.
No existe consenso en la comunidad científica sobre la existencia formal de este síndrome. Sin embargo, se considera una reacción adaptativa al regreso a la vida laboral, particularmente en entornos donde el trabajo se percibe como una obligación negativa o sacrificada. Por el contrario, en sociedades que valoran el trabajo como una actividad creativa y gratificante, el estrés postvacacional es prácticamente inexistente.
Volver a la rutina laboral implica ajustes en los horarios, el nivel de obligaciones y el estilo de vida en general. Aunque para muchas personas la reincorporación no supone mayores inconvenientes, en algunos casos puede desencadenar síntomas de estrés agudo, como:
Estos síntomas tienden a manifestarse con mayor frecuencia en personas sometidas a entornos laborales o familiares de alta presión, especialmente mujeres. Si las molestias persisten más allá de unos días, podría derivar en un trastorno de ansiedad o estrés crónico, lo que requeriría consulta profesional.
Los doctores asociados a Salud Mapfre sugieren adoptar estrategias antes y durante la reincorporación laboral para reducir el impacto del cambio de rutina:
Antes de volver al trabajo:
Durante la primera semana laboral:
Según los especialistas, la clave para evitar el síndrome postvacacional radica en realizar un cambio paulatino y consciente hacia la rutina laboral. Acciones simples, como programar el regreso con tiempo, establecer prioridades y mantener un equilibrio entre vida personal y profesional, contribuyen a reducir la presión emocional y física.