Durante los tres primeros años de vida, el ser humano desarrolla el cerebro a pasos agigantados. En este sentido, los bebés requieren del contacto físico y la comunicación entre sus cuidadores. Bajo estas condiciones, es la interacción con otras personas lo que logra desarrollar muchas de las conexiones neuronales. No obstante, al no tener o no desarrollar estas interacciones, o las suficientes, el cerebro de los bebés no logra alcanzar un desarrollo óptimo y es cuando surgen diversos problemas.
Bajo este contexto, investigadores de la Universidad de Columbia realizaron un estudio con bebés y su madres, donde dos grupos nacieron durante la pandemia por Covid-19 y otro grupo antes de la emergencia sanitaria. Con el estudio, las madres realizaron un cuestionario en el cual se buscó evaluar la motricidad y desarrollo de los bebés en diversas etapas. No obstante, los nacidos antes de la pandemia obtuvieron puntajes normales en su desarrollo, mientras que los bebés nacidos durante la pandemia tuvieron bajos resultados en motricidad gruesa, motricidad fina y desarrollo socioemocional.
Estos ejercicios evaluaron el que los bebés lograran colocarse boca abajo (motricidad gruesa), alcanzar un juguete o tomarlo con ambas manos (motricidad fina) y la forma de actuar con los extraños, padres o personas conocidas (desarrollo socioemocional). Los investigadores mencionaron: "Es un estudio inicial, pero resulta como señal de alarma debido al conocimiento previo del desarrollo infantil".
Desafortunadamente, el estrés ocasionado por la pandemia por Covid-19 ha impactado a muchos aspectos en la vida de la población, y los bebés son quienes más lo han resentido. El nivel y tipo de interacciones se ha visto reducido cambiando la perspectiva de los bebés ya que interactúan con menos personas (y la falta de reconocimiento facial por usar cubrebocas).
Claire McCarthy, médico y profesora del Boston Children´s Hospital comentó; "Aunque necesitamos investigar más, este estudio debería servir como una señal de alarma sobre las secuelas dejadas por la pandemia. Estudiamos los efectos emocionales y educativos en los niños, también debemos ser conscientes de los efectos en el desarrollo de los bebés ya que podrían cambiar vidas".
De acuerdo a McCarthy y su equipo, es necesario brindar apoyo a las familias con niños pequeños, de forma financiera y emocional para así lograr evitar secuelas permanentes. "Necesitamos ser enérgicos, creativos, y trabajar atacando todos los ángulos posibles, si bien es necesario el apoyo gubernamental, la comunidad y los mas cercanos a las familias pueden brindar un apoyo mas cercano" aseguró la investigadora.
Considerando todas las propuestas, el equipo de McCarthy ha hecho hincapié en buscar la creación y financiamiento de programas de intervención en niños desde el nacimiento hasta los 3 años de edad. Por desgracia, muchos de estos programas se resumen en una consulta virtual; lo que resulta en una baja efectividad para ambas partes debido a la falta de interacciones.
Investigadores de la Universidad de Columbia argumentan la necesidad de ser más creativos con las soluciones y no esperar a ver el final de la pandemia para adaptar el proceso. Padres, cuidadores de bebés y niños pequeños necesitan conocer esta investigación y su importancia en el desarrollo de los bebés. En este sentido, resulta comprensible el pensar que los bebés son demasiado pequeños e inconscientes ante dichos efectos. Sin embargo, las consecuencias podrían resultar en problemas permanentes, es necesario acercarse con un equipo médico que pueda proporcionar la atención necesaria para un desarrollo óptimo del bebé.