Ciudad de México,
Samara Mejía
Crédito foto: Sergio Cara (NotiPress)
Hoy en día las personas no conocen realmente lo que consumen, debido a que no saben leer las etiquetas nutricionales de los alimentos. Asimismo, la mayoría de estos vienen empaquetados, lo cual señala son productos procesados y algunos de ellos inclusive son ultra-procesados.
De esta forma, la importancia de saber cuáles son los nutrimentos saludables y cuales son aquellos ingredientes añadidos o aditivos que el cuerpo no necesita." Las necesidades nutricionales de cada persona van a variar siempre, pero hay alimentos que todos debemos limitar", explicó Angela Snyder, nutrióloga del bienestar del Hospital Houston Methodist para NotiPress.
Así pues, de acuerdo con la nutrióloga Snyde existen cinco señales para aprender a identificar los focos rojos en los alimentos a través de sus etiquetas. El primero de ellos son los azúcares añadidos, estos se agregan durante el procesamiento de alimentos para mejorar el sabor; pero, el problema es que solo aportan calorías vacías.
Por otro lado, los azúcares que se encuentran naturalmente en los alimentos van acompañados de otros nutrimentos vitales como fibra, vitaminas y minerales, los cuales son imprescindibles para la salud. Se pueden encontrar, por ejemplo, los azúcares naturales en alimentos como las frutas y algunos derivados de la leche.
Con ello, además de las calorías que aportan los azúcares añadidos y que generan la ganancia de peso, también pueden impactar negativamente a tu salud al consumirlos durante años. "Los alimentos con etiquetas generan picos de azúcar en la sangre, lo cual incrementa el riesgo a padecer prediabetes y diabetes tipo 2", afirma la nutrióloga Snyder.
La segunda señal de advertencia para saber cuáles alimentos sí y cuáles no según las etiquetas, es el sodio. Y es que, el consumir sal aumenta la presión arterial con el tiempo; así pues esta se debe limitar a no más de 2,300 miligramos al día.
Más del 70% del sodio que se consume diariamente en la dieta proviene de los procesos de manufactura de alimentos, porque se les agrega una gran cantidad de sal. Para combatir el consumo excesivo de sal, Snyder recomendó limitar a 500 miligramos de sodio por comida o que los alimentos consumidos tengan menos de 150 mg por porción según etiquetas.
Igualmente, las grasas saturadas son de los nutrimentos más controversiales que existen en las etiquetas de los alimentos. Tras lo anterior, se debe tomar en cuenta que las grasas saturadas se deben limitar siempre y las grasas trans se deben desechar por completo.
A raíz de lo anterior, la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos) quitó las grasas trans de la lista de grasas seguras. Así estas ya no podrán ser utilizadas en la elaboración de alimentos procesados; sin embargo, las grasas saturadas continúan siendo muy abundantes.
"No todas las grasas son malas, pero estas contribuyen a elevar los niveles de colesterol y entre más altos sean mayores problemas de salud. Lo mejor es tratar de limitarlas a 12-16 gramos por día; es decir, evitar lo más posible alimentos que contengan más de 5 gramos de grasas saturadas por porción", agregó la nutrióloga.Porciones exageradamente grandes son otro aspecto a tomar en cuenta en las etiquetas de los alimentos. Esto porque algunos productos vienen empacados como una sola porción, cuando en realidad son bastantes más, otras pueden ser porciones demasiado pequeñas y confunden.
"Se han hecho muchas mejoras en las etiquetas en cuanto a tamaño de porciones se refiere, ahora están subrayadas y en letras más grandes. No obstante, se debe leer bien el tamaño de los alimentos porque podrías consumir dos veces más grasas saturadas, azúcares añadidos y sodio de lo que tenías previsto", enfatizó la experta.
Etiquetas con listas largas de ingredientes es otra de las señales para saber cuáles alimentos sí y cuáles. Ello, porque entre menos ingredientes, mejor; lo anterior, señala que dicho alimento en particular es menos procesado que otros.
Finalmente, la última recomendación no es una regla inflexible, ya que a veces una larga lista de ingredientes no necesariamente quiere decir que el alimento sea un ultra procesado. "Cuando se lean las etiquetas de un producto hecho a base de pan, este siempre debe estar hecho a base de granos enteros. Esto, para evitar las harinas refinadas lo más que puedas", concluyó la nutrióloga Snyder del Hospital Houston Methodist.