Foto: Sigmund en Unsplash
De acuerdo con una investigación publicada en la revista médica británica The Lancet, 21 países incluidos México tienen un alto índice de niños que han perdido a sus padres o tutores principales a raíz de la pandemia. A nivel mundial, desde el 1 de marzo de 2020, hasta el 30 de abril de 2021, se estima que un millón 134 mil niños experimentaron la muerte de alguno de sus padres, tutores o familiar cercano.
En México, la pandemia por Covid-19 ha dejado a 131 mil 325 niñas, niños y adolescentes en situación de orfandad. De los 21 países estudiados, México registró la cifra más alta de menores en esta situación, pues 33 mil 342 menores sufrieron la muerte de su madre. En tanto, 97 mil 951 niñas y niños perdieron a su padre y se estima que 32 menores perdieron a ambos padres.
Si se considera también que muchos de los menores perdieron a sus cuidadores secundarios como abuelos o parientes de entre 60 a 84 años, la cifra aumenta a 141 mil 132. Expertos en salud señalan que las muertes por orfandad y cuidadores son una pandemia oculta resultante de las muertes asociadas a la Covid-19. Por lo tanto, acelerar la entrega equitativa de vacunas es un punto clave para prevenir esta pandemia paralela.
Los 20 países los cuales integran la lista junto con México componen el 76,4% de las muertes globales por Covid-19 hasta el 30 de abril de 2021. Países como Argentina, Brasil, Colombia, Inglaterra, Francia e India encabezan la lista de las naciones donde niñas y niños son afectados por la pérdida de sus padres o tutor legal.
También, el apoyo psicosocial y económico puede ayudar a las familias a criar a los niños desprovistos de cuidadores y evitar así una posible institucionalización. Es decir, cuando los menores escuchan diferentes respuestas y generan su propia postura ante un hecho que marcó su vida.
Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, la muerte de los padres o tutores puede traer consecuencias graves para los menores. Los menores que pierden a los cuidadores principales tienen mayores riesgos de experimentar problemas de salud mental, violencia física, emocional, sexual, incluso pobreza familiar. Ante esa situación, gobiernos y organizaciones a nivel internacional deben actuar de forma óptima para revertir la situación que está afectando de otra manera a los menores a nivel global.
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