¿Qué es el síndrome de Alagille? Una enfermedad que obliga a buscar apoyo económico

 05-05-2025
Judith Moreno
   
Foto: American Liver Foundation

Foto: American Liver Foundation

El síndrome de Alagille es una condición hereditaria poco frecuente, caracterizada por afectar principalmente el hígado mediante una reducción o estrechamiento de los conductos biliares. Estos conductos son esenciales para transportar la bilis, sustancia que ayuda en la digestión de las grasas. Cuando no funcionan correctamente, la bilis se acumula en el hígado, generando daños progresivos en el tejido y ocasionando cirrosis.

Además del daño hepático, esta enfermedad puede comprometer múltiples órganos y sistemas del cuerpo humano. El corazón puede presentar anomalías como estenosis pulmonar o defectos en el tabique ventricular. El sistema ocular muestra alteraciones específicas detectables en exámenes especializados, mientras que el sistema esquelético presenta vértebras en forma de mariposa. Los riñones, vasos sanguíneos y el cerebro también pueden verse afectados, aumentando el riesgo de problemas severos en quienes la padecen.

En términos de síntomas, los primeros signos suelen aparecer durante la infancia o la niñez temprana. La ictericia, el picor en la piel, los depósitos de colesterol en forma de protuberancias (xantomas), así como heces pálidas y suaves son manifestaciones comunes. Muchos pacientes presentan además dificultades nutricionales, incluyendo deficiencias de vitaminas A, D, E y K, y minerales como calcio y zinc, lo que repercute en el crecimiento y desarrollo general.

Desde el punto de vista genético, el síndrome de Alagille es resultado de mutaciones en los genes JAG1 o NOTCH2, transmitiéndose de forma autosómica dominante. Aproximadamente la mitad de los casos son producto de mutaciones nuevas no heredadas. Las proteínas codificadas por estos genes desempeñan un papel crucial en la formación de estructuras durante el desarrollo embrionario, afectando desde los conductos biliares hasta el corazón y la columna vertebral.

Igualmente, el tratamiento es complejo y requiere un equipo multidisciplinario. Se utilizan medicamentos para incrementar el flujo biliar, reducir la picazón y controlar los niveles de colesterol. Procedimientos de derivación biliar pueden mejorar la calidad de vida, aunque no detienen el avance del daño hepático. Los suplementos nutricionales son esenciales para compensar las deficiencias vitamínicas y minerales, asegurando un desarrollo adecuado en los pacientes pediátricos. En los casos más severos, la opción médica recomendada es el trasplante de hígado, intervención que mejora la función hepática y alivia varios síntomas.

Actualmente, no existe una cura definitiva. El pronóstico varía ampliamente entre los pacientes, dependiendo de la gravedad de las manifestaciones y la respuesta al tratamiento. Mientras algunos individuos presentan solo rasgos menores, otros requieren intervenciones mayores, incluyendo trasplantes múltiples y procedimientos cardíacos.

Una campaña en GoFundMe busca recaudar fondos para Sarah, joven de 20 años residente en Querétaro, quien enfrenta el fallo de un trasplante recibido durante su infancia. Los recursos permitirán cubrir estudios médicos especializados, honorarios quirúrgicos y adquisición de equipos indispensables para un segundo trasplante de hígado.

Los desafíos que plantea el síndrome de Alagille requieren un enfoque médico integral y el apoyo de la sociedad para mejorar la calidad de vida de quienes lo padecen. Los avances en investigación continúan siendo esenciales para desarrollar nuevos tratamientos que puedan ofrecer mejores perspectivas a los pacientes y sus familias.




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