Qué hay detrás del dolor muscular luego de una actividad intensa

 29-12-2025
Judith Moreno
   
Foto: Pexels

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La creencia sobre la acumulación de ácido láctico como origen del dolor muscular posterior al ejercicio sigue presente en rutinas deportivas y recomendaciones comunes. Sin embargo, especialistas del Hospital Houston Methodist indican una conclusión distinta, respaldada por evidencia científica. Así lo señaló el Dr. Corbin Hedt, fisioterapeuta del centro, en una explicación técnica compartida con NotiPress.

Durante ejercicios de alta intensidad, los músculos generan energía sin oxígeno disponible, un proceso denominado metabolismo anaeróbico. Bajo estas condiciones se produce ácido láctico, el cual se acumula temporalmente durante la actividad física. El Dr. Hedt detalló: "Sí se acumula en el músculo durante el ejercicio, y puede que tengas una gran cantidad al terminar un entrenamiento intenso. Pero, en general, todo ese ácido láctico desaparece en aproximadamente una hora después".

Frente a esta evidencia, las molestias musculares posteriores al entrenamiento no presentan relación con la presencia de este compuesto. En su lugar, el dolor surge por procesos físicos asociados al daño mecánico en fibras musculares y tejidos de soporte. Según el especialista, ese daño corresponde a microdesgarros musculares que desencadenan respuestas inflamatorias necesarias para regenerar y fortalecer el músculo.

El momento de aparición de los síntomas también respalda esta conclusión. Hedt indicó: "El dolor muscular no comienza justo después del ejercicio intenso, ni siquiera ese mismo día". Aclaró que las molestias aparecen entre 24 y 72 horas posteriores al esfuerzo físico. Esta condición recibe el nombre de dolor muscular de aparición tardía (DOMS, por sus siglas en inglés) y forma parte de respuestas fisiológicas normales durante procesos de adaptación.

Aunque el malestar puede generar incomodidad, el Dr. Hedt afirmó que no representa una señal de alarma. Indicó que estas molestias reflejan la adaptación del cuerpo ante mayores demandas físicas, al favorecer la reparación de tejido y su fortalecimiento progresivo en ciclos sucesivos de ejercicio.

Para quienes buscan reducir la intensidad de estos síntomas, el especialista compartió medidas aplicables. Entre ellas, destacó el incremento gradual en exigencia física, el uso de técnicas de recuperación activa, además de herramientas como pistolas de masaje o rodillos de espuma.

Además, explicó que la presencia de ácido láctico durante el entrenamiento podría servir como indicador del nivel de esfuerzo muscular. Aunque este compuesto no causa dolor muscular post ejercicio, su acumulación transitoria podría señalar zonas que requieren procesos internos de reparación.

Este enfoque, respaldado por evidencia médica, desmonta una idea persistente en el ámbito deportivo. Asimismo, proporciona a profesionales de la salud una base más precisa al abordar el dolor muscular post entrenamiento sin recurrir a interpretaciones erróneas.




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