Ciudad de México,
Andrés Zimbrón
Crédito foto: Josue Díaz (NotiPress/Composición)
A nivel global, las Enfermedades No Transmisibles (ENT) matan a 41 millones de personas cada año, esto equivale al 71% de las muertes que se producen en el mundo. Esto lo revelaron cifras actualizadas hasta 2021 por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La propia OMS destacó que los principales factores de riesgo son: la inactividad física, el consumo de tabaco, el uso nocivo del alcohol y principalmente una mala alimentación. En ese sentido, el refresco y otras bebidas azucaradas son de los productos más consumidos a nivel internacional y que incrementa el riesgo de obesidad y diabetes en todas las edades.
En el caso específico de México, el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) reportó en 2020 que las bebidas azucaradas ocasionan cerca de 40 mil muertes al año. Aunado a ello, los mexicanos (principalmente en la zona sur del país) consumen al año 163 litros de bebidas azucaradas, en específico, refresco.
Un artículo publicado en el sitio especializado en salud WebMD señala que una de las consecuencias de beber refresco es el incremento de peso. Esto debido a que la mayoría de las bebidas azucaradas son calorías vacías y no aportan ningún nutriente a las personas.
Otro problema que ocasiona el consumo de refrescos y bebidas azucaradas son los ataques cardíacos y problemas cerebrovasculares. A pesar de existir refrescos de dieta bajos en calorías y endulzados con edulcorantes y alternativas al azúcar convencional, estos productos también tienen consecuencias. Estudios demuestran que incrementa en un 48% el riesgo de ataque cardiaco y accidentes cerebrovasculares entre los consumidores diarios de refrescos de dieta.
La mayoría de los informes advirtieron sobre el alto consumo de los refrescos light, aunque aún no hay datos duros sobre si los refrescos sin azúcar incrementan los accidentes cerebrovasculares. Aunado a ello, otro riesgo latente de consumir a diario gaseosas son los daños renales y ciertos tipos de cáncer. Los refrescos de dieta y regulares también están relacionados con la presión arterial alta lo que puede ocasionar ataques cardíacos o accidentes cerebrovasculares.
Ante esta situación, la Asociación Médica Mundial recomienda reducir la ingesta de este tipo de bebidas con el fin de evitar riesgos para la salud. Por ejemplo, promocionar programas preventivos de salud pública destinados a reducir la obesidad y demás enfermedades de tipo ENT.
También, instan a las autoridades a disminuir la accesibilidad de las bebidas con y sin azúcar por medio de un impuesto, lo cual en algunos países ya se lleva a cabo. Igualmente, llaman a las empresas a avisar a los consumidores sobre el nivel de azúcar contenidos en sus productos y si el nivel de azúcares libres es alto en cada bebida. Esto, principalmente en las bebidas las cuales van dirigidas a los menores de edad donde el nivel de obesidad a nivel internacional es alto.