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Una investigación realizada por científicos de la Universidad de Tel-Aviv, descubrió que debido a la diferencia de temperatura en el mar Mediterráneo por el cambio climático, animales marinos están modificando sus hábitats. Especies como peces, crustáceos y moluscos salen en búsqueda de vivir en aguas más profundas y frías. Los resultados del estudio se publicaron en la revista Global Ecology and Biogeography y tienen implicaciones tanto para la pesca como para las futuras reservas naturales marinas.
Sahara Chaikin, quien dirigió la investigación bajo la supervisión del profesor Jonathan Belmaker, explicó que en las últimas décadas, el planeta Tierra se ha ido calentando, algo notable en el mar Mediterráneo. Para entender mejor, la temperatura media del agua en este mar aumenta un grado cada treinta años. Debido a ello, una de las preguntas planteadas por el autor del estudio es cómo se adaptará en un futuro la vida marina. Frente a ello, Belmaker subrayó: "Debe recordarse que el Mediterráneo estaba caliente en primer lugar y ahora estamos llegando al límite de la capacidad de muchas especies". El profesor agregó que este mar se caracteriza por tener un rango de temperatura extremadamente fría en el noroeste y muy caliente en el sureste.
En paralelo, los investigadores realizaron un metanálisis de datos sobre la distribución de profundidad de 236 especies marinas recolectadas en encuestas anteriores de arrastre de fondo. Dichos datos revelaron que las especies viajan a través del mar a 55 metros de profundidad, no obstante, el patrón de profundización no es uniforme entre especies. Por su parte, Chaikin agregó: "Llegamos a la conclusión que ha habido una profundización de los límites de los hábitats de la vida marina". Asimismo, los resultados del estudio tienen muchas implicaciones para el futuro, dado que la respuesta de cada especie al aumento de temperatura se puede predecir en función de sus características.
Relacionado con el tema, Fabian Gösser, estudiante de doctorado de la Universidad Ruhr de Bochum, realizó un estudio para observar cómo reaccionan los corales a las condiciones del cambio climático. La investigación de Gösser se basó en el rescate de pólipos, es decir, la expulsión de pequeños corales individuales en forma de yemas. Según el autor, la investigación mostró que los pólipos individuales se desprenderían de la colonia de coral en respuesta al aumento de temperatura de cuatro grados centígrados por encima de su tolerancia. Con ello los pólipos podrían comenzar a crecer en una ubicación diferente y sobrevivir, lo cual podría tener un gran impacto en la preservación de la población de coral. A modo de conclusión, gracias a los resultados de ambas investigaciones, se podrán prevenir cambios en la vida marina tras el cambio climático, al mismo tiempo de preservarla.
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