Foto: Mubi
El impacto visual de "La Sustancia" provocó entre los espectadores varias interpretaciones sobre la obsesión por la juventud o el miedo a envejecer. Entre ellos, el Dr. Alejandro Radchik, miembro titular didáctico de la Sociedad Psicoanalítica de México, ofrece para NotiPress su mirada desde una perspectiva psicoanalista.
La lectura más evidente tiene que ver con el conocido mito de "venderle el alma al diablo" para detener el envejecimiento. Este tema fue explorado en diferentes obras desde "El Retrato de Dorian Gray" de Oscar Wilde, hasta "La Muerte le sienta Bien", film protagonizado por Meryl Streep y Goldie Hawn. No obstante, en "La Sustancia", el tema adquiere una intensidad perturbadora.
Radchik señala también la representación de las adicciones y el síndrome de abstinencia. "Al cruzar esa puerta hacia el deseo de la perfección física, parece que la protagonista firma una condena irrevocable, una caída en la que ya no es posible regresar a la ‘normalidad’", comenta el especialista a la agencia de noticias. Desde esta perspectiva, se invita a reflexionar sobre los límites del cuerpo y la mente, así como también sobre el deseo desesperado de eludir el paso del tiempo lo cual puede sumir a la persona en un "círculo vicioso sin retorno".
Por otro lado, la cinta protagonizada por Demi Moore y Sarah Margaret Qualley remite a la figura arquetípica de la madrastra de Blancanieves. En el cuento, ella es una mujer tan obsesionada con su belleza que está dispuesta a eliminar a su hija adoptiva para que nadie pueda opacarla. "Esta historia, -indica Radchik- cargada de simbolismos sobre el envejecimiento y la juventud, se conecta perfectamente con los temas explorados en la película: la lucha entre la belleza superficial, representada por un falso self (adaptación defensiva que una persona crea en respuesta a las presiones de un entorno más o menos privativo en la infancia), y el paso inexorable del tiempo".
Uno de los momentos claves que el psicoanalista subraya es cuando la protagonista aparece con un vestido azul y una fotografía de sí misma, o más bien de lo que era, marcando el contraste entre su juventud y la realidad del envejecimiento. En sus sueños, en los que se le caen los dientes, si bien son símbolos de la pérdida de funciones físicas, también pueden reflejar la fragilidad humana frente al paso del tiempo.
Desde un enfoque psicoanalítico, Radchik afirma que la protagonista recurre al mecanismo de la escisión psicológica, una división interna entre dos personalidades contradictorias. Mientras que siente un gran amor por sí misma, al mismo tiempo se odia ya que no puede sostener su juventud. "En este contexto, el envejecimiento es proyectado como una faceta negativa, casi monstruosa, de sí misma, lo que da lugar a una forma de autoenvidia. Este fenómeno de "auto-odio" refleja cómo la protagonista se ve a sí misma como un sujeto externo que debe ser combatido y eliminado para seguir siendo aceptada en el mundo", afirma el Dr. Radchik.
Aun así, el final es el que más le llama la atención al especialista cuando "la película parece ofrecer una metáfora de la inevitable transición de Demi Moore". Según el psicoanalista, "ella no solo representa el conflicto de su personaje en la pantalla, sino que también se convierte en un reflejo de las luchas personales de la actriz misma". Esto lleva a preguntarse cómo es que ella lidiará con su propio paso del tiempo.
Para concluir, el Dr. Radchik afirma que "La Sustancia" no es solo una película sobre la obsesión con la juventud, es también una reflexión sobre la identidad, el deseo y el desafío de lidiar con el envejecimiento. Todos estos, aspectos con los que todos se enfrentan en su vida.
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