Ciudad de México,
Judith Moreno
Crédito foto: Gobierno de México
México y Estados Unidos redefinieron el calendario de cumplimiento del Tratado de Aguas de 1944, a partir de las condiciones hídricas observadas en sus respectivas cuencas. Esta medida incluye reuniones técnicas para ajustar el volumen entregado del Río Bravo conforme a la precipitación registrada.
La Secretaría de Relaciones Exteriores informó el 12 de diciembre que se liberarán 249.163 millones de metros cúbicos hacia territorio estadounidense desde la semana del 15 de diciembre de 2025. Esta acción forma parte de una estrategia técnica acordada por ambos gobiernos para responder al déficit acumulado en periodos anteriores.
Durante la conferencia del 15 de diciembre, se aclaró que las entregas no implican impacto para la población mexicana. "No se está dando un agua que no tenemos o que afecte a las y los mexicanos", afirmó la presidenta Claudia Sheinbaum al explicar el alcance del acuerdo bilateral.
Así, la ruta técnica contempla aplicar el principio de gradualidad, basado en la disponibilidad registrada durante las temporadas de lluvia. Autoridades federales confirmaron que este esquema permitirá cubrir volúmenes pendientes sin comprometer el abasto agrícola ni el consumo humano. "Ahora se va a ver a partir de la cantidad de lluvia que hay en el periodo de lluvias cómo puede irse solventando lo que no se entregó de los cinco años anteriores", añadió la mandataria.
Según lo expuesto en Palacio Nacional, la escasez pluvial limitó el cumplimiento durante el quinquenio anterior. "No es que no hayamos querido entregar, sino sencillamente no llovió lo suficiente", explicó en respuesta a observaciones del gobierno estadounidense sobre demoras acumuladas.
CILA/IBWC, la Comisión Internacional de Límites y Aguas, continuará con la supervisión del acuerdo, incluyendo los ajustes derivados del monitoreo hidrológico. Ambas partes reiteraron que las acciones adoptadas respetan la soberanía de cada nación.
A más tardar el 31 de enero de 2026, el plan técnico será finalizado, según lo estipulado en el comunicado conjunto. En él se establece que ningún país incurrió en violaciones al tratado vigente y se garantiza la continuidad del trabajo coordinado.
Mediante este entendimiento, las autoridades buscan enfrentar los desafíos compartidos derivados de la sequía, proteger a las poblaciones fronterizas y mantener el acceso justo y equilibrado al recurso hídrico.