Foto: Cancillería de Colombia
Las tensiones entre Venezuela y Colombia escalaron tras la decisión de Estados Unidos de restringir completamente el espacio aéreo venezolano, medida que generó reacciones inmediatas en Bogotá. Las autoridades colombianas consideran que esta acción puede agravar la estabilidad regional, especialmente en las zonas limítrofes, donde millones de personas mantienen vínculos migratorios, económicos y sociales.
Desde el 21 de noviembre, cuando la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) emitió una advertencia sobre riesgos en el espacio aéreo venezolano debido al aumento de operaciones militares, la conectividad aérea en la región sufrió cancelaciones masivas. Bogotá fue una de las primeras ciudades en reaccionar, recomendando a sus aerolíneas no volar hacia o desde Caracas, pese a mantenerse como una de las pocas rutas activas hacia Venezuela.
"El cierre del espacio aéreo de Venezuela es completamente ilegal", declaró el presidente Gustavo Petro a través de su cuenta oficial en la red X. Según el mandatario, "si un presidente extranjero puede cerrar el espacio aéreo de otro país sin norma que lo avale, entonces la soberanía nacional deja de existir" .
Ante el anuncio de Estados Unidos, la Cancillería de Colombia manifestó su preocupación institucional. En un comunicado oficial, indicó: "El Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia expresa su preocupación respecto al reciente Notam emitido por el Gobierno de Estados Unidos. Allí señalan una condición de riesgo para la aviación civil internacional en la FIR Maiquetía-Venezuela, atribuyendo dicha situación a actividades militares" .
En un comunicado reciente, el gobierno colombiano subrayó que la gestión del espacio aéreo debe coordinarse directamente con Venezuela, según el Convenio de Chicago y las normas de la Organización de Aviación Civil Internacional (Oaci). "La coexistencia de un Notam emitido por un tercero, sin la debida coordinación con la autoridad venezolana competente, introduce un elemento de incertidumbre operacional que puede comprometer la claridad, confiabilidad y unidad de la información necesaria para la seguridad de la aviación civil internacional" .
Como consecuencia inmediata de la crisis, se registraron cancelaciones de vuelos por parte de aerolíneas como Avianca, Air Europa e Iberia, lo que dejó a cientos de personas varadas. Además, diversos operadores turísticos de origen rusos también suspendieron vuelos a la isla Margarita. En respuesta, Venezuela revocó las licencias de las compañías que suspendieron operaciones, alegando respaldo a "acciones de terrorismo de Estado promovidas por el gobierno de Estados Unidos" .
En su declaración oficial, la Cancillería colombiana reiteró su posición sobre la importancia del respeto a la soberanía y la solución pacífica de controversias. "Colombia seguirá de cerca esta situación y promoverá, en los foros multilaterales pertinentes, el pleno respeto de las normas internacionales en materia de navegación aérea. Asimismo, promoverá los principios de soberanía, no injerencia y solución pacífica de controversias" .
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