Ciudad de México,
Ali Figueroa
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De acuerdo con el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), órgano asesor del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), la compra de Iberdrola es una mala señal para la inversión en México. En información compartida con NotiPress, el CEESP indicó que ello se debe en mayor medida a la gestión ineficiente de las líneas de distribución eléctrica de la CFE. Por ello agregaron: la adquisición de las plantas eléctricas podría estar en mejores términos si el país aprovechara el potencial comercial del nearshoring.
El 4 de abril de 2023, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) dio a conocer la firma del convenio para comprar Iberdrola, compañía multinacional de energía eléctrica. Según el mandatario, las 13 plantas adquiridas por el gobierno serán operadas por la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Autoridades señalaron que la adquisición de Iberdrola será parte de un nuevo proceso de nacionalización, orientado al aumento de la capacidad de electricidad generada por la CFE. No obstante, el socio director de Bravo Abogados, Jair Bravo, informó a NotiPress que la adquisición de la compañía es una compra, no una nacionalización.
Jair Bravo comentó a la agencia de noticias: con el acuerdo comercial por las 13 centrales de energía eléctrica, adquiridas con la ayuda del Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin), Iberdrola otorga 77% de sus activos. Según el socio director, el Gobierno de México otorgará a la CFE una participación de 55.5% sobre el mercado eléctrico con el proyecto.
Bajo esta línea, el CEESP indicó que la adquisición de Iberdrola no es un caso común de nacionalización, en tanto la CFE adoptará el papel de administradora de las plantas. Desde un punto de vista financiero, los voceros del sector privado consideran que los recursos de Fonadin, con un valor aproximado de 6 mil m millones de dólares (mmd), podrían ser utilizados de otra manera en las finanzas del país.
Asimismo, ante las dificultades de inversión en México, el órgano asesor del CCE considera tres repercusiones negativas de la compra de esta compañía:
En la opinión del CEESP, la adquisición de Iberdrola tendrá repercusiones importantes en el país, entre las que se encuentra la necesidad de colocar más recursos públicos. Sin embargo, la compra de plantas no implica un aumento de electricidad generada de manera inmediata.
Con respecto al uso de recursos públicos, el órgano asesor del CCE considera que estos pueden ser escasos ante la debilidad en las fuentes de recursos del sector. Según voceros del CEESP, las finanzas públicas en 2022 presentaron dificultades de sostenibilidad por depender del impuesto sobre la renta (ISR) y los ingresos petroleros.