Ciudad de México,
Jorge Cerino
Crédito foto: Alesia Kozik vía Pexels
Tras pronósticos previos de expectativas favorables, el Fondo Monetario Internacional (FMI) moderó sus proyecciones de crecimiento económico global para 2022. Según la organización financiera internacional, se prevé que el crecimiento mundial se modere del 5.9% en 2021 al 4.4% en 2022. Esto es medio punto porcentual por debajo de las estimaciones de la edición de octubre de la publicación Perspectivas de la economía mundial, del FMI.
En julio de 2021, el FMI pronosticó un crecimiento económico global de 6% al cierre de 2021 y de 4.9% para 2022, crecimiento en gran parte impulsado por la economía estadounidense. No obstante, en su revisión de octubre de 2021, cambió su pronóstico de 2021 a 5.9% y mantuvo su expectativa moderada de 4.9% en 2022, ahora actualizada a 4.4%.
Detrás de este nuevo pronóstico para el crecimiento económico global se encuentran los efectos de la propagación de la variante ómicron del SARS-CoV-2. Con esta nueva etapa de la pandemia de Covid-19, señala el FMI, se han vuelto a imponer restricciones de movilidad en varios países. Igualmente juegan un papel la inflación causada por las interrupciones en el suministro, así como el aumento de los precios de la energía. También la reducción en curso del sector inmobiliario de China y la recuperación más lenta de lo esperado del consumo privado.
Además, el FMI espera que el crecimiento económico global se desacelere a 3.8% en 2023, condicionado a una disminución de los efectos adversos en materia de salud, conforme las tasas de vacunación mejoran y las terapias se vuelven más efectivas. En cuanto a la inflación elevada, se espera su persistencia por un tiempo mayor de lo previsto en el informe de octubre. Si la situación es favorable, la inflación debería disminuir gradualmente conforme disminuyan los desequilibrios entre la oferta y la demanda en 2022 y conforme la política monetaria en las principales economías responde.
Según el FMI, en la aparición de nuevas variantes del virus SARS-CoV-2 existe el riesgo de nuevas perturbaciones económicas, al prolongar la pandemia. Las interrupciones en la cadena de suministro, la volatilidad de los precios de la energía y las presiones salariales localizadas causan una incertidumbre alta en cuanto a la inflación.
A través de sus informes pasados sobre el crecimiento económico global, el FMI advierte sobre el ensanchamiento de la brecha de desigualdad entre los países ricos y los de ingresos medios y bajos. Dicha desigualdad es resultado de las diferentes capacidades de los países para realizar campañas de vacunación contra la Covid-19. Similarmente, el FMI vuelve a hacer énfasis en la necesidad de una estrategia de salud global efectiva, con acceso mundial a vacunas, pruebas y tratamientos, para evitar el riesgo de nuevas variantes.
Para esto, señala la necesidad de una mayor producción de suministros, así como mejores sistemas de entrega y distribución internacional más justa. También enfatiza la necesidad de una política fiscal que priorice el gasto social y de salud, con un apoyo en los más afectados. Aunque las proyecciones de crecimiento económico global de 2022 no son tan alentadoras como meses atrás, el FMI propone acciones específicas para mantener la mayor estabilidad posible. En este contexto, la cooperación internacional y el apoyo a los más vulnerables será crucial para mitigar los efectos negativos de un crecimiento económico reducido.