Ciudad de México,
Fernanda Martínez
Crédito foto: Mikhail Nilov vía Pexels
México está posicionado como el segundo mercado más grande para el e-commerce en Latinoamérica solo después de Brasil. De esa manera es uno de los países con más rápido crecimiento en este ámbito. De acuerdo la Asociación Mexicana de Ventas Online (AMVO), 7 de cada 10 pequeñas y medianas Empresas (pymes) venden por Internet porque les permitió digitalizarse y ser competitivos. Sin embargo, para muchos comercios las ventas online pueden representar una perdida por el "fraude amigo".
Datos de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF), muestran que un 70% de las compras efectuadas en línea son realizadas con tarjeta de débito. Asimismo, durante los primeros seis meses del 2021 se realizaron cerca de 612 millones de operaciones por un monto de 350 mil 622 millones de pesos, mediante tarjetas de crédito y débito. Por su parte, de enero a septiembre de 2020 se autorizaron 612 millones de operaciones a tarjetahabientes en compras por internet. De las cuales 0.48% derivó en un contracargo o reclamación por parte del titular de la tarjeta, al no reconocer la operación o el monto de la misma, según datos del Banco de México.
Sin embargo, no siempre se puede calificar como un fraude con mala intención los cargos no reconocidos. El también llamado "fraude amigo" puede tener varias categorías. Una de ellas es que el cliente no reconoce el nombre de la razón social del servicio o producto adquirido. Es decir no es el mismo al cual aparece en su estado de cuenta y en el del punto de venta. A muchos se les dificulta reconocerlo y piden un reembolso sin darse cuenta de que ellos fueron quienes realizaron la compra.
Además se encuentra el caso donde el cliente se presenta al banco o al comercio con una queja explicando que las compras nunca llegaron o que no fueron realizadas por el titular. Esta es una manera de recuperar el dinero y quedarse con el producto, pues muchas veces se realiza una devolución completa del producto adquirido. De esta forma el comerciante llega a perder hasta 265 pesos por 20 pesos en este tipo de fraudes. Incluso algunas veces los bancos realizan gastos administrativos al hacer una investigación antes del retorno total de la transacción.
Mediante un comunicado consultado por NotiPress, Víctor Islas, Country Manager de ClearSale México, comentó "Equilibrar la experiencia del cliente y la protección contra el fraude, para evitar agregar fricciones adicionales al proceso es fundamental para los comerciantes, ya que 10% de los fraudes son generados con tan solo tener 2% de los primeros seis dígitos de una tarjeta de crédito o débito." En este sentido, el e-commerce necesita una sólida protección contra el fraude para identificar rápidamente patrones sospechosos y realizar evaluaciones de riesgo para comparar el comportamiento de los usuarios durante todas sus transacciones. Una de las mejores formas de hacerlo es contando con una estrategia de prevención del fraude, utilizando un enfoque de alta tecnología. Tales como un análisis automatizado con algoritmos informáticos y técnicas estadísticas para analizar datos.
Actualmente los sistemas bancarios no tienen mecanismos en el comercio digital para evitar los fraudes en las transacciones. Porque se puede ingresar al sistema una tarjeta sin necesidad de tener el pin de seguridad y realizar un fraude. En México el crecimiento de este delito es de 72% al año de acuerdo con Islas. Esto representa un incremento tres veces mayor frente al comercio electrónico, dejando así a las empresas con pérdidas significativas.