Ciudad de México,
Noelia Acuña
Crédito foto: Gobierno de Edomex
Durante los meses de agosto y septiembre, el Estado de México se convertirá en un atractivo destino para el micoturismo. Este tipo de turismo combina observación, identificación, recolección y en algunos casos, degustación de hongos silvestres comestibles. Este tipo de actividades atrae a visitantes locales, nacionales e internacionales. Asimismo, los bosques y parques ecoturísticos de la región ofrecen un entorno ideal para esta actividad, realizada bajo la guía de especialistas o habitantes locales con amplio conocimiento en la materia.
Municipios como Amanalco, Amecameca, Ayapango, Ixtapaluca, Jiquipilco, Ocuilan, Ocoyoacac y Tepotzotlán, se destacan por la gran oferta micoturística. En estas localidades, tour operadores ofrecen recorridos donde varía el costo y las actividades, permitiendo a los visitantes elegir la experiencia que mejor se adapte a sus intereses. Sin embargo, se recomienda contratar los servicios de operadores registrados ante la secretaría de Turismo del Gobierno de México, ya que esto garantiza una experiencia segura y enriquecedora.
Las excursiones micoturísticas se llevan a cabo durante la mañana y parte de la tarde. Los participantes realizan senderismo por bosques o parques ecoturísticos, guiados por expertos que conocen la flora y fauna del lugar, así como las propiedades de las distintas especies de hongos. Es fundamental que los turistas respeten el entorno natural, evitando arrojar basura, fumar, recoger plantas o animales, y llevar bebidas alcohólicas.
Bajo la misma línea, quienes deseen experimentar esta aventura será necesario que vistan con ropa y calzado adecuado para el senderismo, seguir senderos establecidos y atender a las indicaciones de los guías. En México, se estima que existen alrededor de 200 mil especies de hongos, de las cuales se han identificado entre 9 mil y 11 mil. De estas, aproximadamente 400 son especies silvestres comestibles.
Sin embargo, la diversidad micológica convierte al Estado de México en un lugar privilegiado para el micoturismo, ofreciendo a los visitantes la oportunidad de aprender sobre la biodiversidad de la región y disfrutar de una experiencia única en contacto con la naturaleza. Además, los recorridos micoturísticos promueven el conocimiento y el disfrute de los recursos naturales y contribuye al desarrollo económico de las comunidades locales.