Foto: Adam Schultz (White House)
En medio de la batalla comercial entre las dos principales potencias mundiales, Estados Unidos aumentará los aranceles a las importaciones chinas. Así lo informó un comunicado de prensa de la Casa Blanca, el cual afirma que se le aplicará un impuesto de 18 mil millones de dólares en una amplia gama de importaciones provenientes del país asiático. Esta decisión se justifica con el fin de proteger la industria nacional, además actualiza los aranceles impuestos por el expresidente, Donald Trump. Por otra parte, la decisión del actual gobierno toma relevancia en el año electoral, marcando una inflexibilidad hacia las políticas de Beijing.
Las prácticas comerciales desleales de China en materia de transferencia de tecnología, propiedad intelectual e innovación están amenazando a las empresas y trabajadores estadounidenses. China también está inundando los mercados globales con exportaciones a precios artificialmente bajos", menciona el comunicado.
De esta forma, el gobierno de Estados Unidos acusa a China de realizar transferencias forzadas de tecnología y robos de propiedad intelectual, los cuales han contribuido al control de hasta el 90% de la producción global de los insumos indispensables para la economía nacional. De esta forma, asegura la Casa Blanca, se han creado riesgos para las cadenas de suministro de Estados Unidos y para la seguridad económica. Por otra parte, el Gobierno norteamericano asegura que los aumentos repentinos de exportación china amenazan con dañar "significativamente a los trabajadores, las empresas y las comunidades estadounidenses".
A través de la Sección 301 de la Ley de Comercio de 1974, el presidente Joe Biden ordenó el aumento de aranceles en sectores estratégicos tales como el acero, el aluminio, los semiconductores, los vehículos eléctricos, las baterías, los minerales críticos, las células solares y los buques, grúas costeras y productos médicos. Los aumentos de los gravámenes se irán dando de manera escalonada dependiendo de cada sector.
Uno de los productos que más protagonismo ha ganado en la batalla comercial entre China y Estados Unidos han sido los semiconductores. El gobierno de Biden ha logrado sacar leyes con el aval del partido republicano que permiten la inversión en microchips, tales como ley CHIPS y Ciencia que destina casi 53 mil millones de dólares para la fabricación e investigación de semiconductores estadounidenses, como también un crédito fiscal a la inversión del 25% para las empresas de semiconductores. La ley se ve complementada con las nuevas restricciones arancelarias a China, las cuales se duplicará del 25% al 50% en 2025.
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